Hacia el año 1233, pocos años después de la conquista de
Mallorca, nació Ramon Llull, hijo de Ramón Llull y Elisabeth d’Erill, miembros
de una familia aristocrática catalana que se estableció en la isla con Jaime I.
Durante su adolescencia entró al servicio del rey como paje
y a los 24 años fue honrado con los cargos de Senescal y Mayordomo del heredero
real, Jaime II. Se casó con Blanca Picany, con la que tuvo dos hijos: Domingo y
Magdalena. 
Cuando ya tenía algo más de 30 años de edad, estaba
componiendo un poema amoroso y le llegó la conversión. A partir de este momento
se marcó tres misiones: morir mártir por Cristo, cristianizar y fundar colegios
para preparar a personas para desarrollar la cristianización. Para realizar
estas tareas, lo dejó todo y viajó por todo el mundo conocido para predicar la
palabra de Dios: estuvo en tierras de África, en Oriente, en Roma...
En el año 1276 vio uno de sus objetivos cumplidos: la
creación de la escuela misionera para preparar gente para convertir a los
paganos, ubicada en Miramar, gracias al beneplácito de Jaime II. Existen dudas
en torno a su muerte y consiguiente enterramiento. Algunos historiadores
piensan que Ramón Llull murió en 1315, cuando regresaba de su viaje de Túnez
hacia Mallorca y ciertos cronistas afirman que fue linchado por una turba de
airados musulmanes. Está enterrado en la iglesia del convento de San Francisco
de Palma. En cuanto a su doctrina, Ramón  
Llull  era un profundo
seguidor, del pensamiento de Bacon y San Buenaventura, aunque Llull introdujo
una gran innovación al incluir el pensamiento 
moral  caballeresco  dentro de la filosofía y la teología de su
tiempo. Es por ello que Llull se embarcó también en una cruzada en  pro del pensamiento místico y caballeresco en
contra del racionalismo a ultranza representado por el pensador Cordobés
Averroes. Aunque defendió el cristianismo a ultranza, Llull  amaba y comprendía el pensamiento musulmán y
respetaba en gran medida sus avanzados sistemas.
 Así, en su primer
libro utiliza la lógica de los científicos árabes, su simbología, su álgebra y
sus razonamientos. Ramón Llull estableció las bases del catalán como lengua
literaria. En el siglo XIII sólo se escribía en latín, pero él no sólo utilizó
el latín, sino también el árabe (para su labor 
misionera) y el catalán (su lengua materna). 
Escribió 243 libros que incluían materias muy diversas: la
filosofía (Ars magna), la ciencia (Arbre de sciència, Tractat d'astronomia), la
educación (Blanquerna, que incluye el Libro de Amic e Amat), la mística
(Libro  de contemplació), la gramática
(Retòrica nova), la caballería ("Libro del Orden de Caballería"),
novelas (Libro  de  meravelles, que incluye el Libro de les
bèsties), poesía (Hores de Nostra Dona Sancta Maria, Lo Concili, Plant de la
Verge…) y muchos otros temas, que el mismo autor de inmediato tradujo al árabe
y al latín.
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA 
GLORIAM
 


