NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM
Querido Hermano Templario, considera que la confesión es el tribunal de la Misericordia infinita de Dios... es la expansión del alma afligida en el amor... es la medicina más eficaz para curar de raíz todas las dolencias secretas del espíritu humano... bálsamo divino de celestial dulcedumbre para el corazón herido por los desengaños del mundo y por los pecados... luz, guía y consuelo para el alma tentada y atribulada... Arcoíris de paz para el pecador abrumado con la desesperante carga del remordimiento cruel... La confesión Hermanos, es la dádiva más preciosa que manó del Corazón de Cristo en la Cruz.
Y después de ella, podemos comulgar, es decir, tener la dicha incomprensible de recibir a Jesucristo real y substancialmente... es tener la dignidad de albergar personalmente en nuestra humilde morada al Hijo de María Inmaculada... y apretarlo contra nuestro corazón... y estrecharlo en nuestro seno... acariciarlo y regalarlo dentro de nuestro pecho mejor que el anciano Simeón... Es ser rico con todas las riquezas del Hijo de Dios hecho hombre... ser dueño de su cuerpo, alma, divinidad y méritos infinitos... es juntar, con la unión más íntima, nuestro corazón con el corazón de Cristo, para divinizarlo con este sagrado contacto.
Por ello, Hermano Templario, después de haberte confesado y antes de comulgar, debes adornar tu corazón con afectos de humildad y de confianza... con actos de virtudes de fe, esperanza y caridad, para ser así digno de recibir dentro de ti, el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo.
Fr.+++ Jose Miguel de Nicolau y Gonzalez
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM
Caballero y Templario las más difíciles decisiones de tu vida son las que hay que tomar con el corazón. Sabes quién decidas ser templario y no importa si el paso que des, es pequeño o grande, lo importante es que des ese paso y no te quedes estancado.
Templario, Caballero y guerrero, ya
basta de torpeza de tus actos, piensa que ya no quieres tropezar con todo en tu
camino, que la madurez está golpeando tu puerta y no pasará de largo, ponte
firme, toma la decisión de tu vida, la humildad será tu nombre, el silencio tu
estandarte y los actos de amor tus palabras y así el egoísmo dejará de emitir
sus juicios, la soberbia sus sentencias y despojaras todo el peso de tus malas
decisiones para volar libre como el águila que eres.
Y si por circunstancias
inesperadas, la vida te tumba y te hace caer boca abajo, vuelve a ponerte en
pie y continúa luchando mientras dure el día, y si cae la noche te darás la
vuelta y te quedarás mirando a las estrellas orando, pidiendo perdón y ayuda a
Cristo Nuestro Señor.
Caballero Templario eres un
buscador, un peregrino de la vida siempre caminando hacia un horizonte de
esperanza que construyes paso a paso, a fuerza de compromiso solidario y
capacidad para contemplar la vida en su profundidad.
Por muy perdido que puedes sentirte en
esta vida, tu, Templario hay que tomar una decisión y creer que siempre hay un
camino que te lleva hacia la salida, hacia la luz, hacia la esperanza.
Las
oportunidades, la providencia y las cosas hermosas de la vida están a la vuelta
de muchas de nuestras esquinas...a lo largo del camino y solo hay que saber
doblarlas, o mirar al horizonte, saber recorrer el camino con la mente abierta,
con el corazón dispuesto y las alas preparadas, y hacer que tu destino sea digno
de un Soldado de la Blanca Milicia, de un Guerrero de Nuestro Señor....
Templario y Caballero, la
humildad de tus decisiones, está en darse cuenta de que el instante en el que
vives es irrepetible y único, que sentir que la brisa roza tu rostro y que tal
vez mañana no lo haga, saber que los segundos que se aprietan en la frente
pueden ser los últimos, o que este puede ser el último abrazo que das a tu
hermano.
Así que toma
esta decisión, sé humilde y sal afuera, al mundo por la puerta grande y regresa
al atardecer, cuando el sol se debilita y coloca en tu yelmo ese reflejo
diferente que te hace volver a ser un Templario de Cristo una vez más...
Caballero Templario toma la
decisión de tu vida y sé humilde, porque la humildad se alcanza solo cuando un
hombre, no sólo confiesa que es más humilde e inferior a otros, sino que así lo
cree en lo más profundo de su corazón, cuando sus actos de caridad están hechos
desde el corazón, por la mayor Gloria de Dios Nuestro Señor.
HERMANA + LOREDANA
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM