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jueves, 4 de junio de 2020

REFLEXIONES DEL MAESTRE


Querido Hermano Templario, considera que para dar Jesucristo nuestro Señor muestras de ser un buen Pastor, no sólo quiso vestirse del pellico vasto de nuestra humanidad, para que su rebaño, que son sus escogidos, le conociesen, sirviesen, amasen y no huyesen de Él; sino que también quiso apacentarlos y mantenerlos con su propia carne y sangre.

Pondera Hermano Templario, los buenos oficios que este excelente Pastor a hecho por ti, cristiano desaprovechado, sustentándote, curándote, buscándote con dolor de su corazón y lágrimas de sus ojos y con sudor de su rostro, pasando por ti tantos trabajos y fatigas en devolverte al rebaño sobre sus hombros; y tú, como oveja perdida e ingrata, te has arrojado de ellos tantas veces por irte a los malos pastos que emponzoñaban y mataban tu alma. Por ello, sacarás de aquí deseos vivos y eficaces de seguir las pisadas de tu Pastor, imitándole, caminando por donde el caminó; y teniendo por cierto que, si de Él te dejas regir y gobernar, ninguna cosa te faltará.
Recuerda Hermano, cuántas veces delante de los ojos de este Soberano Pastor, sin temor ni vergüenza, te has apacentado en los verdes prados y pastos vedados de tus lujurias, no temiendo el peligro y daño de caer en las uñas y dientes de los infernales lobos, qué son los demonios, de los cuales como presa suya tantas veces te ha sacado este buen Pastor. Y por ello, considera cuán mal has agradecido las mercedes y beneficios que este gran mayoral Cristo Jesús te ha hecho en dar Su vida por ti; pues no contentándote con ser un discípulo inútil y desaprovechado en su rebaño, te has hecho lobo carnicero, persiguiéndole con tus pecados.

Saca por ello grandes deseos de ser un buen Soldado y discípulo de este Pastor tan bueno, dándole todos tus bienes, sin que nada reserves para ti; esto es, tu alma y tu cuerpo con sus sentidos, tu corazón, pensamientos, honra, vida y contento; pues todo esto, porque tanto te ama, dio Él por ti.

Fr. ++++  José Miguel de Nicolau y González

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM