Templario y
Caballero, la más satisfactoria y sublime emoción para el espíritu es conocerte
a ti , Templario, como soldado de la Blanca Milicia de Cristo y participar
junto a tus hermanos y hermanas, en ayudar a otros a progresar por el camino
correcto y digno para hacerte merecedor de la Gloria del Padre.
¿Es tan
difícil a conocerte a ti mismo Templario? Piensa que un Caballero Templario
siempre ha de tener la verdad en la lengua, la sinceridad en el pecho, en el
corazón los sentimientos ordenados y en los hombros la paciencia, y de todo lo
que llevamos puesto, nuestra cota de malla-la actitud, es lo que mejor se
ajusta y lo que mejor nos queda...
El camino
del Templario y guerrero comienza por conocerte a ti mismo, pues si no te
conoces a ti difícilmente podrás conocer a los demás. No te preguntes ¿Qué soy?
Sino más bien al contrario ¿Quién soy? Y aprende a buscar en tu interior las
respuestas correctas que te hagan comprender el verdadero significado de tu
esencia y el camino que debes recorrer para hacerte merecedor de ser llamado al
Templo de Dios.
Conocerte a
ti mismo es la primera y más eminente de todas las virtudes, y para ello no se
necesita del orgullo ni de la prepotencia, solo se necesita el deseo de
emprender una peregrinación persistente, con confianza y alegría en busca de la
sabiduría.
Templario,
soldado y guerrero… dedícate a la acción con cautela, conociéndote y valorando
todas las cosas, ya que la valentía no deja nunca espacio a la temeridad ni a
la indiferencia. El conocimiento de ti mismo no dejara lugar para el orgullo ni
para la falsa humildad.
Actúa
siempre en silencio, ayuda al hermano y a todo aquel que te pueda necesitar y
hazlo siempre con todas las fuerzas de tu corazón y con humildad, agradeciendo
a Nuestro Señor el haberte guiado y bendecido, siendo parte de su ejército, la
Blanca Milicia de Cristo.
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HERMANA + LOREDANA
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM