La Tradición
Templaría que corre por las venas como caballo desbocado, presto para entrar en
combate, en perfecta sintonía con su jinete, Caballero y Templario, guerrero,
soldado de la Blanca Milicia de Cristo, guardián y protector de los caminos y
lugares santos, protagonista de una historia ancestral escrita a sangre en los
anales del Tiempo. Secuencias de Vida imperecedera, eterna, divina y gloriosa
que alimenta el alma.
Continuamos
una Tradición Templaría donde no existen los milagros, ni mártires, ni santos.
Ni multitudes adorando reliquias, ni aclamando fetiches que bailan al son de la
música que van tocando.
La Historia
de la Orden de los Pobres Caballeros del Templo de Salomón, Caballeros
Templarios, ejemplo de lucha, constancia, valor, obediencia, lealtad y honor a
unos principios y a unos valores, que forjaron con generosidad y humildad, la
personalidad y el carácter de unos hombres y mujeres, que dieron su vida a la
Orden más Sagrada que ha conocido la Humanidad.
Soldados de
Cristo, curtidos de cicatrices en mil batallas, valientes en el combate y
humildes en la victoria. Elegidos todos ellos por la Esencia Divina, Bausant de
la esperanza y baluarte de la Fe Verdadera.
Arquitectos
creadores de lo finito y de lo infinito, navegantes del Conocimiento de lo
amargo y de lo Divino. La Sagrada Sabiduría, transmitida en cada época, en cada
Tiempo Nuevo. La semilla creciendo vigorosa en el corazón de todos los
Caballeros Templarios, manteniendo viva la tradición Templaría y toda su
Historia, el más valioso de todos sus tesoros.
¿Qué razón
tan poderosa nos hace sentir tan fuerte la Tradición Templaría?
¿Es la
tierra que pisamos, que nuestros hermanos también pisaron?
¿Es el Cielo
que nuestros hermanos observaron, y que nosotros también vemos?
¿O es el
aire que ellos respiraron y que nosotros también respiramos?
El pasado
abrazando el presente, vestido con Manto Blanco y Cruz Pate, Espada de Justicia
y Rosario en mano, de pie frente a los hombres y de rodillas ante Dios, siempre
orando.
En los
senderos más luminosos del Reino de los Cielos, allí te buscare, guerrero,
soldado de la Blanca Milicia de Cristo, Maestro y Templo, pero mientras llegue
ese día, que algún día llegara, te seguiremos honrando… continuando con la
Tradición Templaría, para mayor Gloria de Nuestro Señor.
HERMANA + LOREDANA
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM