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jueves, 7 de mayo de 2020

TRADICIÓN TEMPLARIA


La Tradición Templaría que corre por las venas como caballo desbocado, presto para entrar en combate, en perfecta sintonía con su jinete, Caballero y Templario, guerrero, soldado de la Blanca Milicia de Cristo, guardián y protector de los caminos y lugares santos, protagonista de una historia ancestral escrita a sangre en los anales del Tiempo. Secuencias de Vida imperecedera, eterna, divina y gloriosa que alimenta el alma.

Continuamos una Tradición Templaría donde no existen los milagros, ni mártires, ni santos. Ni multitudes adorando reliquias, ni aclamando fetiches que bailan al son de la música que van tocando.

La Historia de la Orden de los Pobres Caballeros del Templo de Salomón, Caballeros Templarios, ejemplo de lucha, constancia, valor, obediencia, lealtad y honor a unos principios y a unos valores, que forjaron con generosidad y humildad, la personalidad y el carácter de unos hombres y mujeres, que dieron su vida a la Orden más Sagrada que ha conocido la Humanidad.

Soldados de Cristo, curtidos de cicatrices en mil batallas, valientes en el combate y humildes en la victoria. Elegidos todos ellos por la Esencia Divina, Bausant de la esperanza y baluarte de la Fe Verdadera.

Arquitectos creadores de lo finito y de lo infinito, navegantes del Conocimiento de lo amargo y de lo Divino. La Sagrada Sabiduría, transmitida en cada época, en cada Tiempo Nuevo. La semilla creciendo vigorosa en el corazón de todos los Caballeros Templarios, manteniendo viva la tradición Templaría y toda su Historia, el más valioso de todos sus tesoros.

¿Qué razón tan poderosa nos hace sentir tan fuerte la Tradición Templaría?

¿Es la tierra que pisamos, que nuestros hermanos también pisaron?

¿Es el Cielo que nuestros hermanos observaron, y que nosotros también vemos?

¿O es el aire que ellos respiraron y que nosotros también respiramos?

El pasado abrazando el presente, vestido con Manto Blanco y Cruz Pate, Espada de Justicia y Rosario en mano, de pie frente a los hombres y de rodillas ante Dios, siempre orando.

En los senderos más luminosos del Reino de los Cielos, allí te buscare, guerrero, soldado de la Blanca Milicia de Cristo, Maestro y Templo, pero mientras llegue ese día, que algún día llegara, te seguiremos honrando… continuando con la Tradición Templaría, para mayor Gloria de Nuestro Señor.

HERMANA + LOREDANA

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM