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viernes, 19 de mayo de 2017

GUARDIANES DEL SANTO CALIZ

Día 18 de Mayo, nuestro destino ya estaba escrito, debíamos de volar a Valencia para encontrarnos allí con nuestros queridos Hermanos y Hermanas de la SMOTH-POCAC.


El lugar de reunión la Catedral de Valencia, pues allí habíamos sido convocados; para recibir en la capilla del Santo Caliz el nombramiento como Guardianes del mismo. Nombramiento que a través del Maestre J.M.Nicolau y del Gran Prior de España Fray Nivardo, se hacía extenso a todos los Grandes Prioratos existentes en nuestra Orden, y por ello el mundo Templario se regocijaba de alegría, pues de alguna forma, tras 702 años el Temple recibe algo en Justicia, pues siendo de Dios como somos, cuanto más hemos de alegrarnos, por sentirnos reconocidos; por nuestra labor y ante el Santo Cáliz y nuestra Santa Madre Iglesia.


La ceremonia transcurrió llena de emociones desde principio a fin, sentíamos la presencia de nuestros Hermanos en aquel momento mágico, un honor ser reconocidos como guardianes de tan hermosa reliquia, además de sentirnos recompensados por nuestra labor en defensa de la cristiandad, de nuestra Santa Madre Iglesia y del prójimo, pues nosotros LA SMOTH-POCAC si somos verdaderos soldados de la Blanca Milicia de Cristo.

 
Y llegó el momento tan ansiado, el momento tan esperado por todos, el Gran Maestre Jose Miguel Emilio Nicolau y Gonzalez en presencia de todos, recogía el Baussant y llevándolo frente al altar, se arrodilló en reverencia ante los sacerdotes oficiantes de la Santa Misa y del Santo Cáliz y en ese momento lleno de amor, humildad y esperanza, a nuestro Baussant le fue impuesta la medalla o insignia del Santo Cáliz y con ello todos los Caballeros de esta Orden, TODOS eran reconocidos como Guardianes del Santo Caliz y por ello damos gracias a Dios, a nuestra amada Virgen Maria Santisima, a nuestro querido santo patrón San Bernardo de Claraval, a todos los Hermanos que han hecho posible esta labor y este triunfo, por haber alcanzado tan merecido reconocimiento, pues hoy se ha hecho historia. El Temple renace y renace para mayor gloria de Dios, de nuestra Santa Madre Iglesia y para honrar al Temple.
Seguiremos trabajando por amor a Dios y al prójimo, tal y como nos dicta nuestro Señor Jesucristo y para Él sea toda la gloria, por los siglos de los siglos, Amén.

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM