Aunque parece que tenemos todo el tiempo del mundo, no es más una sensación ficticia, porque el tiempo se acaba. Todo en la vida tiene un principio y un fin.
Creemos que
el tiempo es gratis, pero no tiene precio. No puedes poseerlo pero puedes
sacarle provecho o adversidad.
No reparamos
en que es valiosísimo; puedes hacer uso de él,
no se puede guardar, pero se puede gastar. Una vez que lo has perdido ya
nunca se vuelve a recuperar.
Cuando
caemos en la desidia del infortunio, es el tiempo más propicio para sembrar las
semillas de la esperanza.
Aún cuando
seáis azotados por el látigo de las desdichas, mantened la misma dignidad del
caballero en la batalla.
Recordemos
que cada minuto que empleamos en el diseño de nuestra vida, es como cada piedra
trabajada por un cantero constructor de catedrales y fortalezas, con el afán de
dejar lo mejor de sí mismo, una impronta que perdure indemne a los avatares del
hombre y los elementos, a través del tiempo y la historia.
El mismo
sincronismo se crea en un buen caballero que deja su sello de calidad, como un
recuerdo bendito y entrañable de su presencia y paso por este valle de
lágrimas.
Tal cual
hicieron nuestros hermanos ancestros.Siempre en nuestra memoria.
HERMANO + GRADOLI
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM