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jueves, 12 de septiembre de 2019

MILICIA MARIANA

Querido Hermano Templario, para que nosotros nos mantengamos firmes siempre en el buen camino, hemos de conocer los enemigos que debemos combatir y las armas con que los debemos vencer. Estos enemigos, son tres: el mundo, el demonio y la carne. Para haceros tropezar y caer se sirve del respeto humano, o del que diran, el mundo corrompido y corruptor; de la asechanza y astucia, el demonio astuto y tentador, y de las ocasiones y peligros de pecar, la carne y débil y flaca. ¿Cómo habéis de vencerlos vosotros? Con el desprecio, con la oración y con la huida. ¡El qué dirán!, es el arma poderosa y terrible con que está derribando cada día el mundo y precipitando a innumerables almas, primero en el abismo del pecado y luego en el abismo del infierno.
¡Qué dirán! He aquí el temor pueril, necio, ridículo, incoherente, que a no pocos impide hacer una acción buena, o induce a cometer otra mala, solo por consideración a lo que pueda luego murmurarse de ellos. Pues bien, a este maldito qué dirán debéis oponer vosotros el más profundo y soberano desprecio. ¡Que dirán! Digan lo que quieran. ¿Debéis, por ventura, guiaros por lo que el mundo diga? ¿Sois acaso secuaces del mundo? ¿No sois más bien discípulos de Jesucristo? Y si sois discípulos de Jesucristo, ¿no sabéis que vuestro Divino Maestro ha anatemizado al mundo? ¡Ay del mundo necio! exclama. ¿No sabéis que prohíbe a los cristianos ser del mundo? "Vosotros no debéis ser del mundo" ¿No sabéis que el espíritu del mundo es diametralmente opuesto al espíritu de Jesucristo? "El mundo no puede recibir mi espíritu".
Hermanos, ¿No sabéis que Jesucristo ha dicho: "No temáis al mundo vencido, derrotado por Mí". ¿Y vosotros haríais caso del qué dirán del mundo? ¿Y por el qué dirán del mundo dejaríais de hacer el bien y os arrojaríais a obrar el mal? Además, ¿creéis que siguiendo al mundo le habéis de contentar? El mundo es un loco, un maniático que jamás está contento; que hoy dice sí, y mañana dice no; que al bien llama mal, y al mal llama bien, que lo blanco lo mira como negro y lo negro como blanco. En suma, según reza un antiguo proverbio, ¿no sabéis que al bien y al mal vivir siempre tiene el mundo que decir? Dejadle, pues, no le hagáis caso, que el mundo es un ciego conductor de otros ciegos y vosotros sois Soldados de Dios.

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM