Después de la incorporación de Mallorca a la
Corona de Aragón en el año 1229, el rey Jaime I dividió la isla en ocho partes.
Cuatro quedaron en manos del mismo monarca y las cuatro restantes fueron para
los nobles que habían ayudado en la conquista. Alcudia quedó dentro de los
territorios que pertenecían a Jaime I. El monarca otorgó plaza a los caballeros
de la Orden del Temple en Pollensa y unas tierras en las afueras de Alcudia
(por el pico de San Martín).
El primer núcleo de población musulmana de
Alcudia nace en torno a la alquería de la villa con una pequeña población.
Jaime I cambió el nombre de Alcudia por el de San Jaime de Guiñent. Visto que
era más común usar el nombre árabe, volvió a llamarse Alcudia, tal y como ahora
se conoce.
En 1298, el rey Jaime II de Mallorca
determinó la construcción de la villa de Alcudia y la declaró cabecera del
término parroquial. Por este motivo compró una casa, un trozo de tierra y un
solar para edificar la iglesia, la vicaría y el cementerio. A partir de ese
año, se inició la construcción del primer recinto amurallado, que se acabó en
1362 por orden del rey Pedro IV de Aragón. Las murallas sirvieron para la
protección no sólo de la villa, sino también del norte de la isla.
En el siglo XIV a partir de 1301, año que
Jaime II de Mallorca, compró un terreno se construyó el hospital militar de
Alcudia, justo delante de la Iglesia parroquial de San Jaime. Posteriormente, y
en época actual, sirve como Museo Monográfico de Pollentia.
Entre 1348-1350, época de la Peste Negra en
Europa, la enfermedad también llegó al puerto de Alcudia mediante las ratas que
iban con los barcos. Se inicia así la propagación por la isla. El primero
alcudiense que cae por esta enfermedad se llamaba Guillermo Brassa. Era capitán
de Alcudia Guillermo de Mosquerolas y el alcalde en Bernardo Moror.
En 1450 con la Revuelta Foránea de los
Agermanados, los alcudienses se enfrentaron contra los agermanados de la Part
Forana, en contra de la rebelión. Hubo un grupo que quiso estar de parte de los
agermanados, encabezados por Miguel Renovard, que eran partidarios de la
revuelta contra Palma.
El 21 de febrero de 1507 el Santo Cristo de
Alcudia hizo su primer milagro. Tiempo de penuria, sequía y hambre en Mallorca.
A partir que el Santo Cristo empezó a sudar sangre y agua, empezaron las
lluvias y una buena época de cosechas. Más adelante se estableció que cada 26
de julio de cada tres años se celebrase en Alcudia la conocida procesión del
Santo Cristo.
En noviembre de 1521 Alcudia es asediada por
los agermanados. Mucha gente se refugió detrás de las murallas, sobre todo
nobles y hombres ricos de Mallorca. El emperador Carlos I de España declaró a
los agermanados rebeldes a su autoridad. Campesinado y menestrales intentaron
entrar por la fuerza dentro de las murallas de Alcudia. En 1522 se resistió
varios asedios de los agermanados, comandados por Juanot Colón.
El 18 de julio de 1523, el emperador otorgó
en Alcedia de título de: "Ciudad Fidelísima al Emperador". En 1525
llegan las exenciones fiscales y una serie de pleitos con las autoridades del
Reino de Mallorca que se oponían.
El 4 de junio de 1535 llegó a Alcudia con sus
galeones cuando se disponía a participar en la Jornada de Túnez. Durante ese
año empezarían a ponerse los cimientos del convento de San Francisco de Asís en
Alcudia. En 1542 el rey realizó una visita a Palma de Mallorca y hay
historiadores que afirman que también pasó por esta localidad. En 1551 los
turcos desembarcaron en el cabo del Pinar de Alcudia; Don Bartolomé Maura, capitán
alcudiense, se enfrentó a los turcos con 150 alcudienses consiguiendo la
victoria. Posteriormente el 18 de mayo de 1558 los piratas turcos volvieron a
Alcudia y D. Felipe Fuster, nuevo capitán alcudiense, acompañado por el capitán
Mateo de Pachs, lucharon para repelerlos. Murieron a consecuencia de esa lucha.
En 1551-1558 los ataques turcos al cabo del Pinar y la victoria que tuvieron atemorizaron
a la población. En 1566 se construye la torre de la Atalaya de Alcudia. En 1567
se fundó el convento de San Francisco y de Nuestra Señora de Jesús de la ciudad
de Alcudia, destruido a partir de 1835. El fundador del convento fue el
conocido religioso relacionado con el emperador Carlos V, Mn. Juan Crespí. El
monarca le encomendó que ayudara en diferentes focos de rebeldía de aquella
época. En 1568 se construye la sacristía y el campanario.
En 1570 se construyen las cruces de término.
En 1588 se crea el gremio de artesanos de Alcudia. En 1590 es el año de la
concesión de morbers propios que autorizan la carga y descarga de barcos. Siete
años después llegará la creación del gremio de los tejedores de lana y lino. En
1598 se proyecta el recinto de la segunda muralla y la Torre Mayor de Alcanada. En 1715 con la Guerra de Sucesión, Alcudia
intenta pactar una capitulación, ante su delegado del rey, el caballero
D'Asfeld, puesto que el nuevo rey Felipe V de Borbón es nombrado rey de España
ante su opositor, el emperador Carlos VI de Habsburgo.
A partir de 1717 se nombró nuevo gobernador
de Alcudia, D. José de Mariconda, un hecho que agravó todavía más la situación
por la cual pasaba Alcudia en tiempo de la Guerra de Sucesión Española.
Mariconda pasó a la historia principalmente por su comportamiento autoritario y
altivo, cometiendo muchas injusticias en Alcudia.
En 1870 llega a Mallorca la fiebre amarilla.
El foco empezó en la ciudad de Palma de Mallorca y pronto se extendió por el
resto de la isla. Alcudia se salvaguardó de la epidemia gracias a sus murallas
y al cierre de todas las puertas principales de la ciudad, salvo la puerta de
Mallorca que quedaría custodiada por dos hombres nombrados por el municipio
alcudiense, para controlar a todas las personas que entraban a la localidad,
presentaban un boletín de salubridad en la cual se decía si habían pasado las
inspecciones sanitarias para viajar.
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM