SENTIR
DE UN HERMANO
Quiero
reflejar en estas líneas la vivencia que tuve el 3 de Junio en la parroquia de
Calvià. Ese dia se celebraba el Corpus Cristi y el Páter Toni nos pidió a los
Templarios si podíamos cooperar en la procesión, ni que decir que no lo
pensamos dos veces, haciendo de custodios y costaleros. Fue para mí una ilusión
enorme el poder participar con todos mis Hermanos y Hermanas de la Orden en tal
evento. Era mi primera procesión como Caballero Templario y los nervios,
ilusión y los sentimientos más profundos de alegría y felicidad me embargaron
los días precedentes a la procesión.
No sabía
muy bien como saldría y si todo iría bien, era muy importante estar a la altura
nos jugábamos mucho ese dia.
Llegó el
momento, nervios, tensión y preocupación, se nos reflejaba en nuestros rostros.
Era nuestro momento de demostrar, no solo al Páter Toni nuestra implicación con
la iglesia sino darnos a conocer a una comunidad que en parte no nos conocían y
otros que ignoraban nuestra existencia. Y llegó la hora, sacamos el Paso con
solemnidad y mucha Fe, como marcan las reglas y cánones, la organización
perfecta y un recorrido lleno de emoción por las calles del pueblo de Calvià.
Tuve el
honor de ser unos de los portadores juntos con cuatro Hermanos más del Paso.
Fue duro pero ni el cansancio ni el dolor en los brazos me hicieron dar un paso
atrás, siempre adelante, por nuestro Señor y la Orden. Al finalizar el
recorrido fuimos felicitados no solo por el Páter Toni, gran persona y
excelente párroco, sino por muchos feligreses, algunos con lágrimas en los
ojos, cosa que me lleno mas todavía de
emoción y orgullo de ser Templario.
Jamás
olvidaré este 3 de Junio de 2018, en donde se dio a conocer cuál es el
verdadero espíritu del Temple y el amor que sentimos por nuestro Señor Jesús.
EL
SENTIR DE OTRO HERMANO
El pasado
domingo día 3 de junio, los Hermanos y Hermanas pudimos tener comunión con los
feligreses de la Iglesia San Juan Bautista de Calvià, fue una jornada muy
emotiva por la suma de sentimientos por todo lo pasado y por lo nuevo recibido.
Dios así lo ha querido. La emoción de juntarse para unidos proteger una
tradición, una costumbre, una pasión
para muchos y tener el honor de salvaguardar y defender una parte de la
cristiandad, como ya se hizo a lo largo de la historia del Temple, te hace
sentir una emoción que recorre el cuerpo.
Para mí es
algo emotivo, por fe, y en ocasiones la emoción me puede y una débil lágrima
emerge de mis ojos. Yo no quiero nada ni espero algo, yo estoy para servir, cuando
esto lo tienes claro las emociones se hacen libres y no hay nada que te haga
sentir mejor que el poder ser útil para
alguien o para muchos y no importe tu emoción si lo que haces es lo correcto,
una ligera lágrima te libera porque no eres nada, eres parte de mucho como es
el Temple.
Yo no debo justificarme ante nadie sólo a los Hermanos y Hermanas del
Temple y a nuestro Dios, porque la verdad nos hace libres. Como describir algo
que se siente, y para sentirlo debes vivirlo y para vivirlo tienes que creer y
para creer debes sentir.
No sé si
mis palabras te habrán dicho algo, pero es difícil describir las emociones. Eso
es ser un Templario.
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM