No se
descarta la posibilidad de que este molino existiera desde tiempos muy remotos.
Parece que el rey Juan I de Aragón concedió entre los años 1386 a 1389 este
molino a Andreu Guillermo Escrivá, Señor de Agres y de la Alcudia. Téngase en
cuenta que al producirse la toma de Agres por las tropas de Jaime I, los moros
fueron expulsados de la Villa, que quedó repoblada exclusivamente por
cristianos, mientras que se toleró la permanencia de musulmanes en la partida
de Alcudia, donde tenían bancales y diversas eras de trillar, unas cuantas
casas con un cementerio Sarraceno (documentado en protocolos de Guillermo
Peris) y seguramente también su molino. Molino que tendría sus altibajos,
dejando de estar operativo muchas veces, sobre todo desde que los musulmanes
abandonaron Alcudia y huyeran al reino nazarí de Granada unas cuantas décadas
antes de la expulsión de los moriscos.
Es posible
que dicho molino de Alcudia hubiera quedado totalmente abandonado durante
muchos años, porque parece conservarse muy poca información escrita sobre él
hasta 1774, en que Juan Cerdá menor posee una casa habitación y una era de
trillar de Matón. Francisco Reig de Joseph Matón aparece también como titular
de algunas propiedades. En 1811 Francisco Reig Matón molinero paga contribución
por tierra y molino 12 £. En 1813 se sigue nombrando a Francisco Reig molinero.
Pero el texto más explícito parece este de 1818: Francisco Reig Molinero:
Molino harinero partida de, San Cristóbal lindes con Monte Real por todas partes,
la fuente de San Cristóbal y el barranco de San Cristóbal son los que hoy
conocemos con el topónimo de Molí Mató. Pocos años más tarde se nombra también
a Manuel Reig Matón. Hacia 1837 Silvestre Navarro es amo de una huerta en la
partida de la Alcudia de Mató.
Probablemente
el documento más completo sobre la presencia y situación de este molino la
recogió el notario de Agres Joaquín Cerdá Barbera en su protocolo de 26 de
agosto de 1838. Estaban quejosos los regantes del riego de Alcudia de que no
siempre podían disponer del agua a su conveniencia. Eso se debía al hecho de
que al nacer de la fuente de San Cristóbal, recogía el agua Manuel Reig Navarro
para mover las muelas de su molino harinero o molino de Mató. Convocaron una
reunión a la que acudieron una treintena de regantes, cuyos nombres y apellidos
constan en las actas, y decidieron formar una pequeña comisión compuesta por
José Barbera Domingo, Manuel Calatayud Sanz y Miguel Reig Ferre, a los que
concedieron poder notarial para proceder contra el molinero.
La gestión de
protesta consiguió éxito y Manuel Reig Mató debió abandonar su actividad en el molino,
aunque conservó allí algunos huertos que siguieron llamándose horts de Mató,
igual que todos reconocían aquel molino como el Molí Mató. Las aguas, que en lo
sucesivo ya no volverían a mover las muelas en este paraje, podrían bajar
libres hasta la balsa de Momblanc y ser aprovechadas para el riego de Alcudia.