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miércoles, 5 de abril de 2023

REFLEXIONES DEL GRAN MAESTRE

 

Queridos Hermanos Templarios, considerad que siempre se habla de la tibieza del alma y muchas veces no nos damos cuenta de qué fácil es ser tibios, simplemente por poner un ejemplo; el menosprecio de las cosas pequeñas, de las faltas ligeras, o en fin de las reglas menudas. Nada puede haber pequeño en todo aquello que pueda agradar o desagradar a un Dios tan grande y el mismo Jesucristo nos advierte: "que quién es fiel en las cosas pequeñas lo será también en las grandes y el que no fuere en las unas no lo será en las otras". La perfección consiste en la unión y práctica de muchas virtudes pequeñas. ¿Querer solo hacer cosas grandes por Dios es no querer hacer nada por Él, porque siendo nosotros la suma pequeñez que podremos hacer por Dios que sea grande??  confundámonos de la ceguedad en la que hemos estado hasta aquí y pensemos que no se debe menospreciar cómo cosas de poca importancia aquellas que, aunque parezcan pequeñas, son la base y principio de cosas muy grandes y aún de la misma santidad. considerad que no ser frío ni caliente en el servicio de Dios, arrastrarse más que andar por los caminos de la virtud, eso es ser tibio en el alma.

Un alma tibia no quisiera cometer pecados mortales, pero cómete con facilidad y sin escrúpulos veniales, no quisiera dejarse llevar de la cólera pero es agria y áspera en sus respuestas, seca e impaciente en su trato, no murmurara de una falta grave del prójimo, pero gusta de entretenerse en los defectos de otros y de hacer de ellos la sal de su conversación. La abierta deshonestidad le horroriza, pero se goza en la vida delicada, regalada y perezosa, no desea los bienes ajenos, pero guarda y conserva con sobrado asimiento los propios hasta el punto de no dar limosna ni pudiendo hacerlo, emplease en buenas obras pero con frialdad y con intención no muy pura, llegase a los sacramentos, confiesa a menudo, frecuenta la comunión, pero ni se prepara mucho, ni se enmienda, ni tiene más fervor cuando comulga lo que suele hacer por costumbre y rutina, reza algunas oraciones pero sin intención ni devoción, así pues aunque las obras sean buenas no están bien hechas, por qué  haciéndolas mal o por motivos naturales les falta espíritu interior y obrar de esta manera es no obrar bien ni como Dios quiere. El alma tibia quiere ser Santa pero sin las virtudes necesarias para la santidad, quisiera, en fin, salvarse pero sin que le costase trabajo y ganar el cielo pero sin hacer esfuerzo en ello. ¿Pero y nosotros que nos llamamos templarios, soldados de Cristo, su milicia estamos en condiciones de ganar el cielo?  podemos mirar a la cara de nuestro Señor y decirle que somos soldados de Él. Que nuestras almas son un ejemplo entre la humanidad. Seamos firmes en nuestros propósitos defendamos la santidad del individuo y mostrémonos cada día como verdaderos Caballeros de Cristo, soldados de su blanca milicia y en nuestra lucha diaria mostrémonos como verdaderos hijos de Él. Imitémosle en todo aquello que podamos, para que Jesús el Cristo no tenga que avergonzarse de nosotros ante el Padre. Seamos misericordiosos y caritativos, no olvidemos Hermanos que nuestro Señor no halló posada, pues la gente ignoraba de quién o quiénes eran María y José, pues llegando Dios a sus puertas no le conocían, ni sabían el bien que les venía, por eso si podéis  no os neguéis en ayudar  pues nunca sabréis  si  al que le negáis vuestra ayuda  pudiera ser el mismo Dios

GRAN MAESTRE JOSE M. NICOLAU

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM