Sigueme en Facebook

jueves, 6 de agosto de 2020

COMUNICADO DEL GRAN CONSEJO

Apreciados + Hermanos y Hermanas desde el  Maestrazgo Internacional Templario en  las Islas Baleares, lamentamos comunicaros que en el día de hoy a fallecido la Madre de nuestro Gran  Hermano Preceptor Frater Fermín,  ha sido llamada al lado del señor.

Los Miembros de este  Gran Consejo Magistral queremos dar nuestro más profundo pésame  a nuestro querido Hermano Fermín, miembro de este Gran  Consejo Magistral. Estamos profundamente tristes por la pérdida de la Madre de un Hermano. Una Madre que dio la vida por sus hijos, los alimentó, los arropó cuando tenían frío, cuando lloraban les secaba las lágrimas y reía sus gracias, les enseño a andar y los consolaba cuando se hacían daño al caerse, que estuvo muchas noches sin dormir a la cabecera de la cama por si estos se despertaban estar allí para abrazarlos. Las Madres son las Madres y es dolorosa su pérdida, se va algo de ti se va tu consejera, tu amiga, tu profesora de la vida. Tu corazón se rompe ante tal pérdida pero no es una pérdida, sino un hasta luego porque ella siempre estará en nuestro corazón. Nos espera en el cielo junto a nuestro Señor vigilándonos igual que cuando  éramos niños, esperando abrazarnos fuerte el día que nos llame el Señor a su lado y nos volvamos a encontrar.

Hermano Fermín vuestra Madre, está allí arriba viéndole y sintiéndose muy orgullosa de Vos por el camino elegido, ser un Soldado de la Blanca Milicia y seguidor de Cristo. Más orgullo no se puede tener.

Despedimos a una Gran Madre y señora en su viaje al encuentro del Señor.

Descanse en paz Sra. Álvarez, una Gran Esposa, Madre y Abuela, estaréis siempre en nuestros corazones.

RÉQUIEM

Silencio y paz.

Fue llevada  al país de la vida. ¿Para qué hacer preguntas? Su morada, desde ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre.

Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros?

Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer  y del mañana, en tus manos están las llaves de la vida y la muerte. Sin preguntarnos, la llevaste contigo a la Morada Santa, y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos: está bien. Sea.

Silencio y paz.

La música fue sumergida en las aguas profundas, y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas.

Se acabó el combate. Ya no habrá para ella lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.

Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se nos fue.

Mientras aquí abajo entregamos a la tierra su despojos transitorio, duerma su alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh Padre de misericordia.