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domingo, 5 de abril de 2020

REFLEXIONES DEL MAESTRE


Querido Hermano Templario, considera que cuando Jesucristo nuestro Señor se transfiguró y quiso hacer de la tierra cielo, y mostrar su gloria y hermosura, se retiró y apartó a lo alto de un monte, llevando consigo solo tres discípulos de los más amados y familiares, donde nadie sinó ellos gozasen de los consuelos y regalos que aquella noche en su transfiguración les había de hacer; y para mostrarse desfigurado en el monte Calvario, y lleno de afrentas e ignominias, quiso que fuese al mediodía, y que todo el mundo estuviese delante. Pondera que no a todos los justos hace Dios estás mercedes y regalos, de que gocen de la gloria de su transfiguración, sino a los más fervorosos y queridos. De lo cual sacarás cuánto te importa ser riguroso en el amor de Dios y cuánto daño hace un malo en una comunidad de buenos Hermanos, por ello procurarás ser de los buenos, de los elegidos, y merecer asi la gloria, no solo por tus méritos, sino porque animes a tus Hermanos a seguirte y trabajar con fervor en la fe para caminar por el camino recto que conduce la gloria.
Considera además, que tus pecados fueron causa de que aquel Cuerpo Santísimo careciese todo el tiempo que vivió en este mundo de la gloria que mostró tener en su transfiguración, y de que quedase pasible y mortal; y ya que se la dió, fuese por tan poco tiempo, queriendo más proseguir el negocio de nuestra redención, y padecer y morir con gran ignominia por los hombres, que descansar y gozar acá de Su gloria. Sacarás de aquí dos cosas: la primera sea, deseos de amar mucho más al trabajo y el padecer con Cristo en el monte calvario, que gozar del descanso en el monte Tabor; la segunda, lo mucho que te importa ser muy amigo de la oración, y de aprovechar en ella, si quieres transfigurarte en la imagen de Dios; porque como ya dije muchas veces, la oración es la que trueca y muda la vida de eterna en celestial, y de humana en divina.

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM