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martes, 17 de mayo de 2016

IN MEMORIAN SOR.++ ELENA

Fue llevado al país de la vida. ¿Para qué hacer preguntas? Su morada, desde ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre.

Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros?

Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer y del mañana, en tus manos están las llaves de la vida y la muerte. Sin preguntarnos, lo llevaste contigo a la Morada Santa, y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos: está bien. Sea.

Silencio y paz.

La música fue sumergida en las aguas profundas, y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas.

Se acabó el combate. Ya no habrá para él lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.

Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se nos fue.

Mientras aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos transitorios, duerma su alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso, oh Padre de misericordia.

Silencio y paz.

ORACIÓN

Señor, te encomendamos el alma de tu sierva Sor.+ Elena Montes y te suplicamos, Cristo Jesús, Salvador del mundo, que no le niegues la entrada en el regazo de tus patriarcas, ya que por ella bajaste misericordiosamente del cielo a la tierra.

Reconócela, Señor, como criatura tuya; no creada por dioses extraños, sino por ti, único Dios vivo y verdadero, porque no hay otro Dios fuera de Ti ni nadie que produzca tus obras.

Llena, Señor, de alegría su alma en tu presencia y no te acuerdes de sus pecados pasados ni de los excesos a que la llevó el ímpetu o ardor de la concupiscencia.

Porque, aunque haya pecado, jamás negó al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo; antes bien, creyó, fue celoso de la honra de Dios y adoró fielmente al Dios que lo hizo todo.


NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM


domingo, 15 de mayo de 2016

ROSARIO


El Santo Rosario (rosarium «rosal») es un rezo tradicional católico, que conmemora veinte "misterios" de la vida de Jesucristo y de la Virgen María, recitando después de cada uno un Padre  nuestro , diez Aves Marías  y un gloría.

También se llama "rosario" a la santa de cuentas que se utiliza para rezar el Santo Rosario. Las cuentas están separadas cada diez por otras de distinto tamaño y la sarta está unida por sus dos extremos a una cruz.
Rosario de cuentas de madera.

Orígenes del rosario
El cristianismo se ha alimentado y ha adoptado como propios muchos elementos de otras religiones y culturas. El rosario originalmente viene de la India, de un artefacto similar usado hace miles de años para recitar mantras llamado japa mala que consta de 108 cuentas. En el Islam también se usa algo parecido -no sobra decir que tomado del hinduismo- llamado tasbih.

El rosario comenzó a utilizarse en el catolicismo alrededor del año 800. En los monasterios se suelen recitar los 150 salmos en la Liturgia de las horas , pero a los fieles que no eran sacerdotes  ni monjes  , al no poder seguir esta devoción (porque en su mayoría no sabía leer) se les enseñó una práctica más sencilla: la de recitar 150 Avemarías . Esta devoción tomó el nombre de "el salterio de la Virgen”.

Su popularidad y desarrollo se dio en el s. XIII, cuando surgió el movimiento albigense. Ante los enfrentamientos entre católicos romanos y albigenses, Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los Predicadores (más conocidos como domínicos), parece haber promovido en sus misiones el rezo de una forma primitiva del rosario. Al ser los dominicos una orden de predicadores y estar siempre en medio del pueblo, su devoción se hizo popular, generando la aparición de cofradías y grupos de devotos por doquier, junto con relatos de milagros  que acrecentaron su fama. Aunque la devoción decayó durante el siglo XIV, la orden de los Predicadores siguió fomentándola.

El beato  Alano de la Rupe fue el encargado de hacerla resurgir, tarea seguida Jacobo Sprenger , prior del convento de los dominicos en Colonia (Alemania). Para el siglo XVI ya estaba con su forma manejada hoy: Contemplación de los "misterios", Credo, Padre nuestro y Ave María como oraciones principales y las cuentas o granos como medio de llevar la oración. Sobre el Avemaría es preciso señalar que la segunda mitad de la oración fue añadida a la primera en el siglo XIV, pero su uso se hizo universal cuando el papa Pío V promulgó el Breviario Romano y mandó que se rezase al principio de cada hora del Oficio Divino, después del Padre nuestro.

Fue la batalla de Lepanto la que causó que la iglesia católica le diera una fiesta anual al rezo del rosario, ya que el papa Pío V atribuyó la victoria de los cristianos sobre los turcos a la intercesión de la Virgen María mediante el rezo del rosario. La fiesta fue instituida el 7 de octubre. Primero se la llamó "Nuestra Señora de las Victorias", pero el papa Gregorio XIII la cambió por la fiesta de "Nuestra Señora del Rosario".
Un fenómeno muy importante en torno a esta devoción fue el de los rosarios públicos o callejeros, que surgieron en Sevilla en 1690 y se extendieron muy pronto por España y sus colonias americanas. Eran cortejos precedidos por una cruz y que constaba de faroles de mano y asta para alumbrar los coros y estaban presididos por la insignia mariana denominada Simpecado. Fue la principal referencia de la devoción y en Sevilla llegó a haber en el siglo XVIII más de 150 cortejos que diariamente hacían su estación por las calles rezando y cantando las avemarías y los Misterios. Los domingos y festivos salían de madrugada o a la aurora. Al principio eran masculinos, pero ya en el primer tercio del XVIII aparecieron los primeros Rosarios de mujeres que salían los festivos por la tarde. En Fátima (Portugal), en 1917, un grupo de niños alegó haber experimentado una aparición de la Virgen María, quien les habría revelado que cada vez que se reza un Ave María es como si se le ofreciera una rosa, de tal suerte que cada rosario completo sería una corona de rosas (concepto que había sido mencionado tiempo atrás por Luis María Grignion de Montfort en su obra Secreto admirable del Santo Rosario).

El 16 de octubre de 2002, el papa Juan Pablo II promulgó la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la que aprobó que se añadieran cinco nuevos Misterios al rosario, los misterios luminosos. La introducción de estos Misterios ha sido la única reforma sustancial en este rezo después de varios siglos.
  

Corona del rosario
La corona del rosario (o camándula, como se le conoce en algunos países) está formada por 50 cuentas en grupos de 10 (conocidos como "decenas"), con un grano más grueso entre cada década. Cinco cuentas más forman un colgante que une la cruz a las décadas mediante una medalla. Estas cinco cuentas pudieran simbolizar las Llagas de Cristo y se utilizan para las oraciones adicionales rezadas antes y/o después de los misterios. Se conocen rosarios de 150 cuentas que corresponden con su origen del salterio monacal. Para fabricar las cuentas se utilizaban semillas de caoba o incluso perlas reales, pero en la actualidad se fabrican de materiales artificiales. En el pasado eran comunes los rosarios hechos con huesos de olivo, algunos de los cuales se creía que eran fabricados con los olivos del huerto de Getsemaní.
Tradicionalmente se recitaban 15 decenas, número que fue aumentado a 20 con la inclusión en el año 2002 de los "misterios" luminosos. Cada una, como ya se mencionó anteriormente, corresponde a uno de los "misterios" de la Redención.

Los Misterios del Santo Rosario
Tradicionalmente, el Rosario estaba dedicado a una de las tres series de "misterios", que debían ser recitados secuencialmente, uno por cada noche. Sin embargo, en la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae del Papa Juan Pablo II, publicada el 16 de 2002, de octubre fue introducida una nueva serie de "misterios", los luminosos.
Cada serie de misterios comprende cinco temas distintos para la meditación, cada uno de los cuales es un momento de la vida de Jesús y de la Virgen, su Madre.

Tradicionales
Modernos
La Anunciación del Ángel a María
La visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel.
El nacimiento del Hijo de Dios.
La presentación de Jesús en el Templo.
El Niño Jesús es hallado en el Templo.
Luminosos
El Bautismo de Jesús en el río Jordán.
La autor revelación en Las bodas de Caná.
El anuncio del Reino de Dios.
La Transfiguración de Jesús.
La institución de la Eucaristía.
Dolorosos
La oración de Jesús en el Huerto de los olivos.
La flagelación del Señor.
La coronación de espinas.
Jesús con la Cruz a cuestas camino al calvario.
La Crucifixión y Muerte de Jesús.
Gloriosos
La resurrección del Señor
La ascensión del Señor.
La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles.
La Asunción de Nuestra Señora a los cielos.
La coronación de la Santísima Virgen como reina de todo lo creado.
Formas de rezo
Rosario de dedo conocido como Decenario, aro metálico con diez bolos y una cruz El Santo Rosario se reza comenzando por la Señal de la Cruz completa (los fieles se persignan):

Latín
Per signum crucis. de inimicis nostris libera nos, Domine Deus Noster. In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen
Español
Por la señal de la santa cruz. De nuestros enemigos, líbranos señor Dios nuestro. En el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo. Amén.

Aunque no es usual, en alguna tradición ascética se prepara la oración y meditación del rosario con una purificación espiritual inicial, rezando el acto de contrición y la alabanza a la Trinidad, el gloria.
Se prosigue luego con los misterios del día. Cada misterio incluye la contemplación del misterio (unos segundos de silencio después de enunciarlo, para poder meditar sobre él mientras se ora), un padre nuestro, diez avemarías y un gloria. Después del gloria se reza, habitualmente, una oración pidiendo protección a la Virgen María, por ejemplo:

Latín
María, Mater Gratiae, Mater Misericordiae, defende nos ab inimicis nostris et protege nos, nunc et in hora mortis nostrae. Amén.
Español 
"María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia: ...Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén" (O, más actual,: "...En la vida y en la muerte, ampáranos gran Señora. Amén".

Se le atribuye a Nuestra Señora de Fátima la recomendación especial de recitar luego de cada gloria la jaculatoria:
¡Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
Al terminar el quinto misterio se reza la doxología trinitaria: tres avemarías para proclamar la triple relación de María con la Santísima Trinidad. Lo habitual es añadir, tras las dos primeras palabras de cada avemaría las expresiones:

Latín
Español
Filia Dei Patris.
Hija de Dios Padre.
Mater Dei Filii.
Madre de Dios Hijo.
Sponsa Dei Spiritus Sancti.
Esposa de Dios Espíritu Santo.

Opcionalmente, aunque se sigue por tradición y es lo más habitual, se finaliza con la recitación de las letanías lauretanas, un trisagio y la entonación final de una Salve.
El trisagio final, antes de la Salve y después de las letanías, es una oración de preces, que se hacen sucesivamente «Por las necesidades de la Iglesia y del Estado», «Por el Papa, los obispos y resto del clero», «Por los fieles difuntos», e incluye el rezo de un padrenuestro, un avemaría y un gloria, salvo el último de los gloria, que se sustituye por la expresión Requiescant in pace. Amen 'Descansen en paz. Amén'.

Las 15 promesas de la Virgen María
A quienes recen devotamente el Santo Rosario, la Virgen María promete cumplir lo que se conoce como las 15 promesas, dadas a conocer, a Santo Domingo y al beato Alano de Rupe durante una aparición mariana.
1.      El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2.      Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3.      El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
4.      El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevarán a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!
5.      El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.
6.      El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en las gracias si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.
7.      Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
8.      Quiero que todos los devotos de mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
9.      Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
10.  Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
11.  Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12.  Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13.  Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.
14.  Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15.  La devoción al Santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM

TENSAR LA CUERDA



Normalmente en las relaciones entre personas, tanto en el ámbito laboral, profesional,  en la hermandad del Temple... podemos encontrar diferentes partes. Partes que tienen un cometido, una función ó una razón de ser. Los problemas entre estas partes, pueden aparecer por diversos motivos, múltiples motivos, ya que el peso de la responsabilidad, la exigencia del desempeño u otros factores propician el nacimiento de puntos de fricción, de rozamiento, o de desencuentro.

Por eso, las partes involucradas en un trabajo deben de estar dotadas de un líder, o lideres que sean capaces de lubricar estas fricciones, que surgen espontáneamente, sin necesidad de provocarlas o crearlas. La naturaleza humana es la que es y da lugar a estos problemas de comunicación, entendimiento o competencia bien por la intromisión de uno en el campo del otro, bien por omisión de las responsabilidades del uno o bien por el ninguneo por parte del otro.

Pues bien, si vemos que las fricciones, los desencuentros, surgen de manera espontánea en cualquier agrupación de personas o de hermandades, el encontrarnos con alguien que las promueva de una manera deliberada, causa estupor, indignación y cuando menos, sorpresa. Está claro que sus intenciones están muy alejadas del objetivo común, por el que en teoría luchan las diferentes partes.

La actitud de tensionar es siempre una mala actitud, salvo que se busque destruir, quizás con la esperanza de salir de las cenizas para erigirse en salvador y … de la nueva era. Sólo así es comprensible. Pero claro, el que adopta esta postura debe encontrarse con que la otra parte le mantenga la tensión, entre al trapo, tenga miedo de perder a esa parte. Es cuando el "tensor" se siente poderoso, realizado, importante.

Pero... ¡AY! ¿Si la otra parte no entra en el juego? ¿Qué pasa?...  nada para el conjunto de partes que siguen luchando por ese proyecto común, incluso esa tarea conjunta puede verse beneficiada, con la desaparición de ese lastre que hacía perder parte de las energías y recursos en ese duelo absurdo. Duelo, muchas veces de egos, en que ciertas personas  se olvidan de su parte, de su cometido y sólo se acuerdan de lo importantes que son ellos para la causa.

La mejor respuesta a este tipo de actitudes irresponsables y dañinas para el conjunto de las partes y para el fin mismo, es verles el órdago, devolverles la cuerda, no entrar en estirar la cuerda que ponen ahí para tensarla hasta el infinito. Se quedan desarbolados... no me necesitan, no cuentan conmigo...me ningunean...Y así, pensando, pensando, la parte tensora, destensada y en evidencia no tiene más recurso que la soflama facilona, la difamación de las otras partes, la de erigirse en víctima.

¡Pobre víctima! ¡Qué mal jugador eres!

 

Si lanzas un órdago y lo pierdes no vale descalificar a la otra parte, lo has lanzado, has perdido, levántate con dignidad y paga... no emponzoñes y trates de que la parroquia mire mal a los que te han aguantado el órdago y te lo han ganado.


NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM

PADRE

PADRE


Te fuiste de mi lado para siempre, cuando aún necesitaba de tu mano,
y llenaste mi alma, aún de joven, Yo, que tanto te quise, ya no recuerdo tu cara.
Que las tibias lagrimas que me bañaban entonces se han convertido en un lago en mi corazón ya no se llorar, sé que no sirve de nada por eso, he puesto una pared  en mi alma una pared de olvido que me protege contra la tristeza
hoy me salpica esa tristeza, para que no pueda olvidar que estás  ahí.
Hoy pienso en ti  y te digo que nunca te he olvidado te he llamado muchas veces, pero tú no me oyes ese silencio me confirma que “El más allá” no existe que todo es un invento interesado que la tierra que guarda tus cenizas, las guarda para siempre que nunca volverás a estar conmigo
que nunca volveré a coger tu mano y sin embargo,
Hoy 18 de julio siento que mi alma no está sola que tú, nunca te has ido de mi lado.

Un beso y un abrazo allí donde estés.
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM

SAN BERNARDO


San Bernardo

San Bernardo, fue el gran impulsor y propagador de la Orden Cisterciense y el hombre más importante del siglo XII  en Europa. Fundador del Monasterio Cisterciense del Claraval y de muchos otros.

Nació en Borgoña (Francia) en el año 1.090, en el Castillo Fontaines-les-Dijon. Sus padres eran los señores del Castillo y fue educado junto a sus siete hermanos como correspondía a la nobleza, recibiendo una excelente formación en latín, literatura y religión. San Bernardo es, cronológicamente, el último de los Padres de la Iglesia, pero es uno de los que más impacto ha tenido en ella. Fue declarado Santo en 1173 por el Papa Alejandro III. Posteriormente, fue declarado Doctor de la Iglesia.


Su personalidad
Bernardo tenía un extraordinario carisma de atraer a todos para Cristo. Amable, simpático, inteligente, bondadoso y alegre, incluso muy apuesto, pues sabemos que su hermana Humbelina le llamaba cariñosamente con el apelativo de "ojos grandes". Durante algún tiempo se enfrió en su fervor y empezó a inclinarse hacia lo mundano. Pero las amistades mundanas, por más atractivas y brillantes que fueran, lo dejaban vacío y lleno de hastío. Después de cada fiesta se sentía más desilusionado del mundo y de sus placeres.

La visión que cambió su trayectoria
Una noche de Navidad, mientras celebraban las ceremonias religiosas en el templo, se quedó dormido y le pareció ver al Niño Jesús en Belén en brazos de María, y que la Santa Madre le ofrecía a su Hijo para que lo amara y lo hiciera amar mucho por los demás. Desde este día ya no pensó sino en consagrarse a la religión y al apostolado. Un hombre que arrastra con todo lo que encuentra, Bernardo se fue al convento de monjes benedictinos llamado Cister, y pidió ser admitido. El superior, San Esteban Harding lo aceptó con gran alegría.

Toda su familia ganada para Cristo.
Bernardo volvió a su familia a contar la noticia y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para ir a sepultarse vivo en un convento. La familia no aceptaba de ninguna manera. Pero Bernardo les habló tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y 30 compañeros de la Nobleza que dejaron todos para unirse a Cristo. Dicen que cuando llamaron a Nirvardo el hermano menor para anunciarle que se iban de religiosos, el muchacho les respondió: "¡Ajá! ¿Con que ustedes se van a ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo puedo aceptar". Y un tiempo después, también él se hizo religioso del Cister.

Antes de entrar al monasterio, Bernardo llevó a su finca a todos los que deseaban entrar al convento para prepararlos durante varias semanas, entrenándolos acerca del modo de cómo debían comportarse para ser unos fervorosos religiosos. En el año 1112, a la edad de 22 años, entra en el monasterio de Cister. Más tarde, habiendo muerto su madre, entra en el monasterio su padre. Su hermana Humbelina y su cuñado, de mutuo acuerdo decidieron también entrar en la vida religiosa. Posteriormente llegó también su hermana Humbelina a la gloria de los altares. Vemos en la historia la gran influencia de las relaciones tanto para bien como para mal.

En la historia de la Iglesia es difícil encontrar otro hombre que haya sido dotado por Dios de un poder de atracción tan grande para llevar gentes a la vida religiosa, como el que recibió Bernardo. Las muchachas tenían terror de que su novio hablara con el santo. En las universidades, en los pueblos, en los campos, los jóvenes al oírle hablar de las excelencias y ventajas espirituales de la vida en un convento, se iban en numerosos grupos a que él los instruyera y los formara como religiosos. Durante su vida fundó más de 300 conventos para hombres, e hizo llegar a gran santidad a muchos de sus discípulos. Lo llamaban "el cazador de almas y vocaciones". Con su apostolado consiguió que 900 monjes hicieran profesión religiosa.

Fundador de Claraval. En el convento del Cister demostró tales cualidades de líder y de santo, que a los 25 años (con sólo tres de religioso) fue enviado como superior a fundar un nuevo convento. Escogió un sitio apartado en el bosque donde sus monjes tuvieran que derramar el sudor de su frente para poder cosechar algo, y le puso el nombre de Claraval, que significa "valle claro" ya que allí el sol ilumina fuerte todo el día. Supo infundir del tal manera fervor y entusiasmo a sus religiosos de Claraval, que habiendo comenzado con sólo 20 compañeros, a los pocos años tenía 130 religiosos. De este convento de Claraval salieron monjes a fundar otros 63 conventos. (Trois Fontaines, Fontenay, Foigny, etc.,).


Su Predicación.
Le llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor melífluo). Su inmenso amor a Dios y a la Virgen Santísima y su deseo de salvar almas lo llevaban a estudiar por horas y horas cada sermón que iba a pronunciar, y luego como sus palabras iban precedidas de mucha oración y de grandes penitencias, el efecto era fulminante en los oyentes. Escuchar a San Bernardo era ya sentir un impulso fortísimo a volverse mejor.

Su amor a la Virgen Santísima.
Fue el gran enamorado de la Virgen Santísima. Se adelantó en su tiempo a considerarla medianera de todas las gracias y poderosa intercesora nuestra ante su Hijo Nuestro Señor. A San Bernardo se le deben las últimas palabras de la Salve: "Oh cruentísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María". Así como la bellísima oración del "Acordaos" cuyo texto íntegro reproducimos en otro apartado de este texto). Tal era su Amor a la Virgen que teniendo costumbre de saludarla siempre que pasaba ante una imagen de ella con las palabras "Dios te Salve María", la imagen un día le contestó "Dios te salve, hijo mío Bernardo".


Los que quieren progresar en su amor a la Madre de Dios, necesariamente tienen que leer los escritos de San Bernardo por la claridad y el amor con que habla de ella. El pueblo vibraba de emoción cuando le oía hablar desde el púlpito con su voz sonora e impresionante: Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María.

Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María. Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios.
Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial. Sus bellísimos sermones son leídos hoy, después de varios siglos, con verdadera satisfacción y gran provecho. Así como también de entre sus numerosísimos libros y textos se halla el de unas reflexiones de gran importancia llamado "La Consideración" leído por varios Papas, entre ellos el Papa Juan XXIII.

En él propone una serie de consejos importantísimos para que los que están en puestos elevados, no vayan a cometer el gravísimo error de descuidar la humildad y/o dedicarse solamente a actividades exteriores descuidando la oración y la meditación. En una de sus reflexiones, comenta:"Malditas serán dichas ocupaciones, si no dejan dedicar el debido tiempo a la oración y a la meditación".

Las dos ideas fundamentales que nos transmite San Bernardo son:
La mediación universal de la Virgen
La necesidad filial de invocarla en todas las circunstancias


Viajero infatigable
El más profundo deseo de San Bernardo era permanecer en su convento dedicado a la oración y a la meditación. Pero el Sumo Pontífice, los obispos, los pueblos y los gobernantes le pedían continuamente que fuera a ayudarles, y él estaba siempre pronto a prestar su ayuda donde quiera que pudiera ser útil. Con una salud sumamente débil (porque los primeros años de religioso se dedicó a hacer demasiadas penitencias y se le dañó el aparato digestivo) recorrió toda Europa poniendo la paz donde había guerras, deteniendo las herejías, corrigiendo errores, animando desanimados y hasta reuniendo ejércitos para defender la santa religión católica. Era el árbitro aceptado por todos. Exclamaba: "A veces no me dejan tiempo durante el día ni siquiera para dedicarme a meditar. Pero estas gentes están tan necesitadas y sienten tanta paz cuando se les habla, que es necesario atenderlas" (ya en las noches pasaría luego sus horas dedicado a la oración y a la meditación).
Despedida gozosa.
Después de haber llegado a ser el hombre más famoso de Europa en su tiempo y de haber conseguido varios milagros (como por ejemplo hacer hablar a un mudo, el cual confesó muchos pecados que tenía sin perdonar) y después de haber llenado varios países de monasterios con religiosos fervorosos, ante la petición de sus discípulos para que pidiera a Dios la gracia de seguir viviendo otros años más, exclamaba:
"Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca".
Y a Dios le pareció que ya había sufrido y trabajado bastante, y que se merecía el descanso eterno y el premio preparado para los discípulos fieles, y se lo llevó a su eternidad feliz, el 20 de agosto del año 1153. Tenía 63 años.


NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM


 



domingo, 8 de mayo de 2016

LEMA TEMPLARIO

               Lema de los Caballeros y Damas del Temple


                                   NADA PARA NOSOTROS SEÑOR ,
                                   NADA PARA NOSOTROS,SINO, 
                                  PARA LA GLORIA DE TU NOMBRE