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sábado, 2 de mayo de 2020

REFLEXIONES DEL MAESTRE


Hermano del Temple, considera cuan profunda, admirable y gloriosa es la humildad que María, la Virgen Santísima, ejercita en sus relaciones con los prójimos, Ella escoge siempre el postrer lugar, acordándose del consejo de su divino Hijo, que dice: "Si fueras convidado, ponte en el último lugar" Va a ser Madre de Dios, y se llama esclava; es Maestra de los Apóstoles, y en las juntas y reuniones de los cristianos busca el último lugar. Se somete con prontitud, humildad y rendimiento a todas las leyes y ordenaciones de Dios, aunque le acarrearan alguna afrenta o infamia, y obedece alegre a todas las leyes que le dan los Apóstoles. Sirve, no sólo a sus superiores e iguales, sino aún a los inferiores; busca los oficios más bajos y despreciados, sin desdeñarse de hacerlos, aunque es la Reina del universo. Y cuánto es de su parte, oye de todas las cosas que pueden proporcionarle honra y estimación entre los hombres, no es extraño que el Señor se enamore tanto de Ella y le dé el primer lugar después de Sí.
Cuan dichoso serías, Hermano Templario, si imitases esta humildad de María, serías agradable a Dios, y tú trato y compañía sería grata a los hombres. Así como la soberbia es una peste que divide los corazones y engendra entre los hombres contiendas y discordias, así la humildad es un lazo de oro que une los corazones y los espíritus. El humilde, con todos vive unido; con los superiores a quienes venera y obedece, con los iguales a quienes respeta y ama, y con los inferiores, a quienes no se sobrepone con orgullo, sino que los trata con amor, poniéndose a los pies de todos. Resuelve por ello Hermano, lo que te conviene hacer para practicar la humildad en los modos dichos, y pide a la humildísima Virgen que haga firmes y duraderos tus propósitos y no te las des de humilde si no cumples estas pautas.

Fr. ++++  José Miguel de Nicolau y González

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM