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miércoles, 21 de diciembre de 2016

EL TEMPLE EN MALLORCA

- 1 : La Mallorca Islámica estaba dividida en doce distritos, de los cuales el de la capital comprendía las actuales comarca de Ciudad, Calvià, Andratx, parte de Banyalbufar, Estallencs, Puigpunyent y Marratxí, y el de Manacor, aproximadamente su término actual más el de Felanitx, Porreres, Sant Llorenç y algunas tierras. Los diez distritos restantes eran el de Petra aproximadamente, los términos de Sineu, Lloret, Sant Joan y Villafranca , el de Montuïri  con los de Llucmajor, Campos, Santanyí, y Ses  Salines, el de Canarrosa  que comprendía Alaró, Lloseta, Sencelles,Costitx, Binissalem, Santa María, Consell y Santa Eugenia, el de Artà  con Son Servera  y Capdepera-, el de Muro  con María de la Salut, Llubí y Santa Margalida, el de Pollensa con Alcudia, el de Almallutx  con Escorca, el de Inca  con Búger,Campanet, Mancor, Sa Pobla y Selva, el de Sóller  con el de Fornalutx, y el de Bunyola  con Deià , Valldemossa, Esporles y la parte de Banyalbufar que no correspondía  a Ciutat. 

Algunos de estos topónimos no corresponden, necesariamente, con los núcleos de población actuales, ni con sus términos actuales, sino zonas, donde sus habitantes, dedicados casi exclusivamente a la agricultura, vivían dispersos por Alquerías, cobertizos y pequeñas aldeas de un centenar de casas Manacor, posiblemente, fue uno de ellos- donde se podían agrupar la existencia de ciertos servicios comunitarios, como podrían ser los religiosos. Las Alquerías eran las porciones de terreno más extensas, y comprendían diversas casas, agrupadas o dispersas; los cobertizos (rafals) eran terrenos más pequeños, casi siempre de una sola vivienda. No es de extrañar que la conquista de la “Ciutat” significara la dominación de la Isla, si bien esta no se consumara hasta el año siguiente, después de que fueran sometidos los fugitivos de la caída Medina Mayurca, que junto con los habitantes del extrarradio, constituyeron una auténtica fuerza de resistencia, capitaneada por IbnSayri y replegada en las sierras de la Isla, concretamente en las fortificaciones de las montañas de Capdepera, Alaró y Felanitx.
CONQUISTA DE MALLORCA

El Temple aceptó la custodia y aprendizaje del joven Jaime I, en el mismo castillo también estaba el joven Ramón Berenguer (hijo del Conde de Barcelona).Esto contradecía la Regla. No cabe duda que el Temple marcó la vida del joven Rey y que las enseñanzas recibidas dictaron sus futuras acciones. Existe la opinión, por parte de algunos investigadores, de afirmar que tras las acciones del monarca, siempre existió la mano de la Orden, pero este dato nunca ha sido confirmado puesto que ni el propio Jaime I habla de ella en sus memorias. Este dato también podría confirmar la vinculación del monarca, puesto que este no haría más que cumplir con el Sigillumtempli. Nos hallamos de lleno, en los días de la Reconquista Cristiano-Aragonesa. La flota del reino de Aragón surca las aguas del Mediterráneo bajo las órdenes del valeroso monarca D. Jaime I el Conquistador. "Con sus ojos negros y los cabellos rubios como hebras de oro", según describe encomiásticamente Desclot, que había emprendido para gloria de Dios y engrandecimiento de sus estados, la difícil empresa descristianizar la "Gotia Major", subyugada al dominio mahometano desde 801.Varias veces habían intentado los cristianos circunvecinos conquistar la Isla, y así en el año 813 el Conde Irmingano (Armengado o Armengol) de Ampurias preparó una emboscada, quizá ya con intención de tomar la Isla, en la que cayeron los sarracenos al regresar de Córcega.

Más tarde en Conde Ramón Berenguer III de Barcelona, aliado con otras milicias cristianas logra humillar los pendones islamitas, sin embargo al poco tiempo, el imperio de la media luna volvía a extender su dominio en la isla recién conquistada.

REPARTO

Inmediatamente después de la Conquista se produce el reparto pactado en las Cortes de Barcelona; mitad para el Rey y mitad para los cuatro que capitanearon la expedición: Berenguer de Palou, Obispo de Barcelona, Gastón de Moncada, Vizconde de Bearne, Ponce Hugo, Conde de Ampurias y Nuño Sanz, Conde del Rossellón. Del reparto solamente se conserva la noticia detallada de la parte que corresponde al Rey –código latín-árabe del Archivo Histórico de Mallorca- por lo que se desconoce la relación exhaustiva de las Alquerías y “Rafals” de Manacor, adjudicado a don Nuño Sanz, y que podemos reconstruir parcialmente a lo largo de los establecimientos, ventas y restos que nos encontramos en años sucesivos. Un aspecto que generalmente no se ha tenido en cuenta a la hora de valorar el vacío documental, es lo que la doctrina feudal dio en llamar «pacto de caballeros», que era entonces una institución jurídica (hoy es coloquial) dotada de una sanción moral. En el caso concreto de las órdenes militares y su participación en la Reconquista, muchos de los acuerdos y cesiones que los monarcas y señores feudales hicieron para la consolidación de sus territorios, se practicaron mediante este tipo de convenio no escrito, que si bien no generaba obligaciones jurídicamente exigibles, su quebrantamiento conllevaba el riesgo de la pérdida del honor, de la virtud, de la buena fama, etcétera. A menudo los reyes entregaban verbalmente dominios recién conquistados a nobles y caballeros, que después otros reyes confirmaban e incluso ampliaban. La implantación de los Templarios en los lugares acabados de conquistar: para los reyes de la Corona de Aragón los caballeros representaron una ayuda indispensable en el combate contra los sarracenos; para el Temple, al mismo tiempo, la nueva conquista significaba un paso más en su expansión territorial. Con la conquista de Mallorca (1229) los Templarios recibieron, en el reparto a que tenían derecho como colaboradores, el castillo de la Almudaina, en Palma, con 365 casas, 54 talleres y 122alquerías en los términos de Palma, Pollensa y Montueri. Se estableció inmediatamente una encomienda en Palma, con su castillo de la Almudaina y una dependencia en Pollensa. No se sabe a ciencia cierta si el primer comendador fue Ramón Bacó o Bertran d'Albet, pero la fecha inicial de su mandato se sitúa en 1230.El último comendador fue Arnaldo de Castellví, desde el 1301.

El día 1 de diciembre de 1307 Jaime II ordena que todos los Templarios de su reino sean detenidos y que se les confisquen los bienes. La actuación del monarca ha sido tildada de engañosa. Sansi Travé dice al respecto: «Jaime II trató al Maestre provincial con un engaño y una astucia indignos del calificativo de Justo con que lo ha bautizado la historia». El rey copia incluso el sistema francés de apoyarse en la Inquisición: ésta convoca en Valencia a los Templarios para interrogarlos, pidiendo la ayuda secular para practicar las detenciones. De esta manera, parece que sean los inquisidores quienes temen por «la salud religiosa del país» y que el rey no haga sino colaborar con la Iglesia. Para dar ejemplo y para que todo el mundo se diera cuenta de la seriedad de la voluntad del rey, éste hizo encarcelar al Maestre provincial, el pobre Ximén de Lenda, que lo había seguido dócilmente a Valencia convencido de la veracidad de sus promesas...Las encomiendas de la Orden, en muchos casos, se fueron instalando en determinados lugares, gracias a las diferentes donaciones de reyes y nobles. Otras, sin embargo, fueron escogidas de forma muy precisa...El investigador Juan Ignacio Cuesta Millán, dice al respecto de estos enclaves: «Esta oscura Edad Media terminaría con la explosión artística más formidable de la historia. La aplicación del arte sagrado, del hermetismo, a la arquitectura transformaría el románico en el gótico, en el que el santuario  se concibe como una verdadera réplica del Cielo, con toda su gloria. La catedral, la heredera de toda la sabiduría,

Ahora es un libro escrito en piedra que comprendía todo el conocimiento secreto, todos los símbolos, todas las energías, todas las claves. Un engranaje equilibrado qué establece un puente entre el hombre y la trascendencia mediante la conciencia. En su interior encontramos, incluso en nuestro tiempo, todas las vías por las qué acceder a nuestra más íntima verdad».

ENCLAVES

Madrid, 2003).Los templarios, al igual que los iniciados de todos los tiempos, estaban interesados en convertir la Tierra en un reflejo del cielo, para hacer verdadero aquel adagio hermético, síntesis de la analogía entre macrocosmos y microcosmos, que reza: «Quod est inferius es sicut quod est superius, et quod es superius es sicut quod estinferius» (como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba).

Escritores eruditos como el Paborde G. Terras, J. Binimelis, y Dameto, Mut y Alemay en su "Historia de Mallorca", nos refieren la mencionada donación real. Sin embargo es más oportuno entresacar de la crónica de Jaime I, esta donación por prever quesería de esta fuente donde sacaron sus anotaciones los precitados escritores: Se refiere a que en el año 1230, Hugo de Fullalquer, Maestre del Hospital de San Juan Hierosolimitano, vino a Mallorca con quince caballeros frailes de su Orden, pidiendo al monarca conquistador les concediera el terreno necesario para fundar una casa, sino de justicia al menos de gracia a fin de que no sirviera de vergüenza en la posteridad de la Orden el no haber ayudado a tan gran Sr. En la conquista de este reino.

El monarca tropezó con varios inconvenientes por oponerse la nobleza a tal donación, más deseoso de complacer aquellos caballeros, el monarca les dio parte de sus tierras y una porción del tarazanal (Atarazana) para que fundaran su casa e Iglesia. En la crónica de Jaime I no están los nombres de los caballeros que acompañaron al maestre Hugo de Fullalque; tanto Dameto como Binimelis mencionan los de Berenguer de Anglesola; Blazco de Massa, Pedro de Montecateno (o de Moncada) Gran Prior de Cataluña, Jofre Vizconde de Rocabertí, Guillermo de Ulmis, Tomás deLlupiá, Bernardo de S. Juan, Dalmau Desfar, Pedro de Tagamanent, Marimón dePlegamans y Pedro Marquet. Es de lamentar no consignen los precipitados historiadores los documentos de donde transcribieron dichos nombres. D. Jaime I, el Conquistador, se vio ayudado por los Templarios en la empresa que dio por resultado la toma de Mallorca (1229 a 1234) y de Valencia (1232 a 1238).

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM