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lunes, 20 de abril de 2020

REFLEXIONES DEL MAESTRE


Querido Hermano Templario, considera cuán mudables son los hombres y cuán fáciles de dejarse engañar; tomemos el ejemplo de Nuestro Señor y de aquellos hombres y mujeres que un día clamaban a Cristo por Rey suyo, y al poco, con diferentes clamores, dicen que no quieren sino que viva Barrabás y muera Cristo. Sacarás de aquí gran confusión de tu incoherencia; y procurarás de hoy en adelante, no solo humillarte y aparejarte, viendo a Dios nuestro Señor, que es tenido en menos que el peor hombre del mundo, sino que además serás fiel a tu compromiso con Dios; y si en verdad tú te dices Templario, procurarás que tus actos y palabras sean acordes a los principios que como Soldado de Dios debes de tener, ignorando todo aquello que te digan que se aleje de la Palabra de Nuestro Señor, y combatiendo sin descanso, a todos esos fariseos que atentan contra nuestra fe y el mismo Dios.

Pondera las veces que a diario, pasa entre tu carne y tu espíritu, un juicio semejante al que tuvo Nuestro Señor con los judíos; el uno escogiendo a Cristo, el otro a la criatura, al demonio, pues te dejas llevar por las pasiones mundanas; el uno buscas la honra vana y perecedera de los hombres, el otro la de Dios, que es perpetua y eterna; el uno finalmente buscas las cosas transitorias y caducas, el otro las estables, que para siempre permanecen. De lo cual sacarás gran arrepentimiento de haber dejado en muchas ocasiones a Cristo, bien sumo, por cosas tan viles y despreciables, como es todo lo mundano; y con ello quiero decir, como tantas veces has escogido y tenido en más a la criatura, al deleite sensual y a la honra vana, que a Jesucristo nuestro Señor, en quién están encerrados todos los bienes y tesoros de la sabiduría y ciencia infinita de Dios.

Considera también, Hermano, cuán lejos debes de estar, de todos aquellos que desean sacarte del camino con palabras vanas, distraer tu mente con locuras temporales y perderte del único fin para el que has sido creado... Servir a Dios.

Si en verdad deseas servir a Nuestro Señor como Templario, no olvides huir de las malas compañías que buscan tentar tu carne y extraviar tu espíritu. Estás aquí para servir a Dios a través del Temple, no para servir al mundo y aún menos a sus acólitos.

Fr.++++ Jose Miguel de Nicolau y Gonzalez

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA

GLORIAM