1 de julio de 2011. Primer viernes del mes de julio. Como
cada primer viernes, día de la Divina Providencia. Es costumbre, encender una
vela y orar para que nunca nos falte casa, vestido y sustento...ni los Santos
Sacramentos en los últimos momentos.
Día del Sagrado Corazón de Jesús.
Una devoción que marca una entrega total no sólo a la
Providencia, sino a Jesús mismo. Una entrega de la vida completamente en las
manos de Dios.
Hoy en día, hay personas que critican esta forma de creer,
esta devoción tan especial, personal y
única. La asocian con costumbres de gente de pueblo. ¿Pero qué hay de los
fieles, que con estudios profesionales, de posgrado incluso, con desarrollo
profesional e intelectual pleno, son conscientes de que hay algo más allá de
nuestra autosuficiencia? ¿Por qué creen en Dios y en su Sagrado Corazón?
Estoy convencido que es el mismo Jesús quien constantemente
nos llama uno a uno, cada quien sabemos cómo y cuándo, pero de que nos llama,
nos llama. Y llega un momento nunca es tarde, ni temprano, perfecto de Dios en
que, por fin respondemos a su llamada y nos entregamos a ese corazón dolorido,
herido, pero pletórico de un amor incondicional que rebasa toda razón humana.
Al estar frente a una imagen del Sagrado Corazón, es
inevitable sentir un latido especial. Es una fuerza que viene desde dentro de
nuestro espíritu, no necesariamente a volvernos religiosos, pero sí a renacer,
a volver a empezar, entregando todo, a Jesús.
"Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo
único". Y Él a su vez, nos da, a cada segundo, su corazón entero. Un amor
divino, que no juzga ni reclama, sino que espera pacientemente con los brazos
abiertos. ¿Hay algo más irresistible que esto? Cuando vencemos a nuestro Ego,
nos dejamos sumergir en el Mar del Amor de Jesús.
Sagrado Corazón de Jesús, perdónanos y sé nuestro Rey.
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío. Por siempre, tuyo soy, mi vida entera
pongo en tus manos. Estando así, confiado a Jesús, con mi vida en Sus manos,
¿de qué me puedo preocupar? Abandonado a su Sagrado Corazón, ¿qué más podría
desear? Ahora es cuando llega la paz, y se experimenta una nueva forma de vida,
mucho más tranquila y plena. Es Jesús, sutilmente, Jesús.
Letanías del Sagrado Corazón de Jesús
Señor, misericordia.
Jesucristo, misericordia. Señor, misericordia.
Jesucristo, óyenos. Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, Ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Santísima Trinidad un solo Dios,
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre,
Corazón de Jesús, Formado por el Espíritu Santo en el Seno
de María
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo,
Corazón de Jesús, de Majestad infinita
Corazón de Jesús, santo Templo de Dios
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del Cielo
Corazón de Jesús, horno de encendido amor
Corazón de Jesús, receptáculo de la justicia y amor
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes
Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza
Corazón de Jesús, Rey y centro de toda alabanza
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de
sabiduría y ciencia
Corazón de Jesús, en quien habita la plenitud de la
Divinidad
Corazón de Jesús, en quien el Padre se ha complacido
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido
Corazón de Jesús deseo de los collados eternos
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia
Corazón de Jesús, rico para todos los que lo invocan
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad
Corazón de Jesús, propiciación de nuestros pecados
Corazón de Jesús, saturado de oprobios
Corazón de Jesús, oprimido por nuestras maldades
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte
Corazón de Jesús, traspasado por la lanza
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores
Corazón de Jesús, salvación de los que esperan en Ti
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM