A pesar de ser una de las fortalezas más importantes de la castillos aragoneses por su peculiaridad estructural, sus valores artísticos, la magnificencia de su tamaño y su buen estado de conservación, el castillo de Mesones de Isuela es uno de los grandes ignorados, no sólo entre el público interesado en las viejas construcciones defensivas, sino también en los tratados castellológicos españoles y las obras generalistas. La villa de Mesones es un municipio de la provincia de Zaragoza sito a unos 75 kilómetros de la capital aragonesa y perteneciente administrativamente a la comarca del Aranda. Esta comarca es un espacio de media montaña conformado por las sierras y valles que descienden desde el macizo del Moncayo, máxima altura del Sistema Ibérico, hasta el río Jalón. Mesones se encuentra en el valle del Isuela, un afluente del Jalón que nace en el propio macizo del Moncayo. Su caserío asciende desde la fértil vega del río por un montículo rocoso en cuya cima se encuentra la fortaleza. La localidad está rodeada de lomas áridas de entre 700 y 950 metros de altitud con cumbres arrasadas por la erosión.
Es este un tipo
de paisaje habitual en bastantes zonas de la comarca, fruto de su particular
historia geológica. Hace unos 195 millones de años, durante el Jurásico, la
zona estuvo cubierta por el mar y de ahí viene la predominancia actual de
suelos arenosos, arcillosos y calizos en los que no es extraño encontrar
fósiles de especies acuáticas remotas. Con los movimientos de la Orogenia
Alpina, a comienzos del Cretácico, las aguas marinas se retiraron y se
levantaron las sierras actuales, compuestas por materiales altamente
erosionables. Las posteriores crisis climáticas agravaron los procesos erosivos
por la inadaptación ecológica de la cubierta vegetal. Los periodos fríos del
Cuaternario, en los dos últimos millones de años, dejaron acumulaciones
sedimentarias en las laderas y vieron la excavación de los valles del Isuela y
del Aranda, el río que da nombre a la comarca.
El castillo de los Luna de Mesones de Isuela o simplemente
castillo de Mesones de Isuela que se encuentra en lo alto de un pueyo rocoso
sobre la localidad de Mesones de Isuela (Aranda), es uno de los castillos de
mayor superficie de Aragón. Perteneció a los templarios y a la casa de Luna.
La primera referencia que hay al castillo es la donación de Sancha de Abiego a
los templarios en 1175. La Orden del Temple lo conservó hasta el fin de su
existencia.
La joya templaría y del mudéjar en el valle del Isuela es el
Castillo de Mesones, Bien histórico artístico y de interés cultural, es uno de
los castillos de arquitectura militar mejor conservados en Aragón. De
influencia gótica italiana, está emplazado en la parte alta de la localidad y
abarca una extensión de 3000 m2. Sancha de Abiego, tras pertenecer a las
familias Ortiz y Lizana, lo donaría en 1175 a la Orden del Temple hasta su
disolución y sería en 1369, cuando Pedro IV lo cedería a D. Lope Fernández de
Luna, arzobispo de Zaragoza, para su reconstrucción. A él le debemos lo que hoy
podemos ver. Tras su muerte pasó a su hermana Toda Fernández de Luna, y por
herencia, a su sobrino Pedro Ximénez de Urrea, cuyos sucesores serían los
Condes de Aranda. Hoy de propiedad municipal.
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Hermano Carlos
M. Gradolí.
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM