Templario y Caballero, tu verdadera libertad se gana o se pierde en el corazón. ¿Quieres la guerra? Declárala dentro de tu propio corazón. Desarma tu corazón de toda esperanza, miedo y deseos vanos que transforma tu mundo en una prisión sofocante, y lo hallarás más amplio que el universo. Andarás por ese universo a tu antojo y no tendrás impedimento alguno. Esta es la única batalla que vale la pena entablar.
Comienza esa guerra y ya no tendrás
tiempo para ninguna otra, que sería para ti una bestialidad repugnante con
trampas diabólicas para desviar tu mente y disminuir tu vigor, haciéndote así
perder la gran guerra contra ti mismo, qué es realmente una guerra santa.
Quien gana esta guerra conquista la
gloria imperecedera. Más la victoria en cualquier otra guerra es peor que la
derrota total. Es ese el horror de las guerras de los hombres, pues tanto el
vencedor como el vencido, obtienen la derrota.
Templario… toda autoridad de este
mundo, cualquiera que sea su origen, es falsa. Por esta razón se muestran
siempre con ostentosa pompa y brillantes ceremonias, para que nadie pueda
percibir la falsedad que hay en su corazón. Su alma repleta de vanidad está
adornada con amuletos y emblemas que inspiran miedo, para que los ojos de los
curiosos no descubran su ruin miseria.
Esta autoridad, además de ser ciega,
es una maldición para el hombre que ansía ejercerla, pues pretende mantenerse a
toda costa, aunque sea al escandaloso precio de la destrucción del propio
hombre, de los que aceptan su autoridad y de los que se oponen a ella. Debido
al ansia de poder, los hombres están constantemente inquietos.
Los que tienen el poder luchan siempre
para mantenerlo. Los que no lo tienen, luchan sin cesar para quitárselo de las
manos a los que lo ejercen. Tan reñida es la lucha, y tan enloquecidos por la
sangre están los que luchan, que nadie se detiene para quitarse la máscara de
su falsedad y exponer a la vista de todos, sus horrorosos semblantes.
Templario y Caballero, ¿Quieres la
Paz? No la busques en prolijos documentos, ni te esfuerces en grabarla siquiera
en las rocas. Consigue la Sagrada Comprensión, qué para poder conseguirla
ningún sacrificio es excesivo. Consíguela una vez y permanecerá en ti hasta el
fin de los tiempos. Y dará a tus palabras mayor poder del que puedan tener
todos los ejércitos del mundo, y bendecirá todas tus acciones con mayores
beneficios que los que todas las autoridades juntas podrían soñar en traer al
mundo.
El corazón del hombre está fuera del
tiempo, pues él es la sede de la Sagrada Comprensión. Cuando la Comprensión se
manifiesta, se alcanza la victoria, y la paz se establece en el corazón de una
vez para siempre. El corazón comprensivo está siempre en paz, aunque esté en
medio de un mundo enloquecido por la guerra. El corazón ignorante es un corazón
dual. El corazón dual forma un mundo dual. Un mundo dual engendra
constantemente disputas y guerras.
Pero el corazón comprensivo es un
corazón único. Y un corazón único crea un mundo único. Y un mundo único es un
mundo de paz, pues son necesarios dos para que haya guerra. Por eso, Templario,
entra en guerra con tu propio corazón, con el fin de convertirlo en único, pues
el hombre nace libre y siendo libre de todo yugo y ataduras debe presentarse
ante Dios Padre. El premio de la victoria
es la paz eterna, para mayor Gloria de Nuestro Señor.
templariosycaballeros.com
+++Nada para nosotros, Señor, nada
para nosotros sino a Tu nombre sea dada la Gloria.+++
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM