El Hermano
Juan M. Ruiz en tierras de Francia concretamente en el en el sudoeste, en Rennes-le-Château, nos cuenta que es un lugar solitario, ardiente bajo el sol en
verano y azotado por fríos vientos en invierno. Su situación dominante sobre el
resto de la comarca es la única razón posible de que haya sido habitado desde
la más remota antigüedad. Su castillo es mudo testigo de pasadas grandezas.
La visión de las cumbres nevadas de los Pirineos la única compensación a las dificultades de vivir en lugar tan inaccesible. Vista de lejos, la población parece aislada del resto del mundo, un lugar olvidado por el tiempo. Impresión pronto disipada por los numerosos visitantes que remontan la cuesta animados por un único propósito: Descubrir su enigma, adentrarse en su secreto, escenario de acontecimientos extraños y siniestros, cuna de fabulosos tesoros y guardián del secreto más bien guardado de la historia.
La visión de las cumbres nevadas de los Pirineos la única compensación a las dificultades de vivir en lugar tan inaccesible. Vista de lejos, la población parece aislada del resto del mundo, un lugar olvidado por el tiempo. Impresión pronto disipada por los numerosos visitantes que remontan la cuesta animados por un único propósito: Descubrir su enigma, adentrarse en su secreto, escenario de acontecimientos extraños y siniestros, cuna de fabulosos tesoros y guardián del secreto más bien guardado de la historia.
Cuenta la
leyenda que en aquellos parajes se suponga oculta la joya más preciosa de la
Cristiandad. Y por aventurado que parezca, puesto que el Santo Grial pudo muy
bien llegar a tales lugares en la forma que se cuenta: "En algún momento
del siglo I, José de Arimatea y María Magdalena desembarcaron en el sur de
Francia, trayendo consigo el llamado Grial, donde José de Arimatea recogió la
preciosa sangre de Jesús Crucificado".
Entre los
indeseables ilustres que en un momento u otro recalaron allí por haber perdido
la gracia imperial figuran, tanto Herodes Antipas como Poncio Pilatos.
Montségur.
Considerado "el Castillo del Grial" debido a la misteriosa huída de 4
caballeros que se evadieron durante el asedio llevándose consigo el más valioso
tesoro cátaro: El Santo Grial.
Sin embargo,
la verdadera naturaleza del Grial, es un tema tan misterioso como los orígenes
mismos de la leyenda. En la versión más antigua, el Grial es un objeto dorado,
una piedra mágica; en otras posteriores es el Santo Cáliz utilizado durante la
última cena de Jesús, o es… El cáliz pudo ser casi cualquier cosa????.
Más adelante
los aspectos caballerescos de la leyenda entraron a formar parte del ciclo medieval
que luego fueron ampliadas por el romanticismo. Estableciéndose una conexión
caballeresca real que vincula el Santo Grial con los corrientemente llamados
caballeros templarios.
Los
Templarios formaban una orden monástica y militar, prestaban votos de castidad,
pobreza y obediencia, y alcanzaron una gran popularidad e influencia después de
la Primera Cruzada y la conquista de Jerusalén. Tenían su casa principal cerca
del destruido Templo de Salomón en Jerusalén, emplazamiento que les fue
concedido hacia 1120.
Algunos
indicios sugieren que el grupo fundacional de nueve caballeros ya se había
formado incluso antes de aparecer públicamente como Orden. Pasaron los primeros
años sin que se acrecentasen mucho sus filas hasta que en 1135 -1140 comenzó su
ascenso meteórico convirtiéndose en una fuerza política y económica de primera
magnitud. Llegaron incluso a tener más poder que algunos reyes, y ése fue factor
principal de su súbita y espantosa caída, que culminó en la disolución de la
Orden y la dispersión de su fortuna y posesiones. Por sus pasados esplendores y
por las experiencias que acumularon en el Próximo Oriente, sin embargo, quedó
alrededor de ellos un aura permanente de misterio. Se decía que los Templarios
habían dirigido excavaciones en el interior del monte del Templo, y todavía hoy
se formulan conjeturas acerca de los motivos que tendrían para abrir túneles en
tan sagrado lugar. Una de las teorías dice que encontraron un tesoro, el cual
llevaron consigo cuando regresaron a Francia para ocultarlo en la región de
Rennes-le-Château.
Pero todo
esto no hubiera pasado de ser simples leyendas o especulaciones, si no hubiese
sido por un descubrimiento excepcional ocurrido hace algo más de un siglo en la
iglesia de Rennes en donde, un sacerdote católico llamado François Bérenguer,
elevó a nuevas y vertiginosas alturas la leyenda de Rennes-le-Château como
lugar de misterio y de tesoros ocultos.
La parroquia
consagrada a María Magdalena y escenario de las supuestas bodas de Dagoberto II
con Gizelle de Razès, se hallaba en avanzado estado de ruina hacia finales del
XIX. La última restauración databa del siglo XV. Todo eso cambió cuando el
nuevo presbítero emprendió gracias a algunas pequeñas donaciones la
restauración del altar. Al levantar el ara de las antiguas columnas que la
sustentaban aparecieron varios documentos guardados en tubos de madera, de lo
cual hubo testigos, porque Bérenguer contaba
con la ayuda de seis obreros para los trabajos de la restauración, y dos de
ellos aún vivían en 1958 y corroboran el descubrimiento de los manuscritos.
Después del
descubrimiento de los pergaminos y durante varios años Bérenguer se dedicó a restaurar la iglesia
añadiéndole decoraciones y detalles, figuras estrafalarias y tallas
estrambóticas. Cualquier católico que entre en el lugar y desee persignarse
encontrará que la pila del agua bendita está sustentada por un personaje bien
conocido, aunque desde luego el que menos esperaría encontrar en tal lugar,
"el diablo en persona". Por otro lado las estaciones del vía crucis,
muy llamativas y desproporcionadas de tamaño difieren de los grabados de los
vía crucis normales. Y por si esto fuera poco hizo colocar en el dintel de la
puerta la siguiente inscripción "Terribilis est locus iste" Este
lugar es terrible.
El otro
cuenta la cena en Betania con Lázaro resucitado de entre los muertos, durante
la cual María Magdalena ungió los pies de Jesús. En el suelo
de la iglesia está dibujado un tablero de ajedrez de 64 cuadrados orientado
hacia los cuatro puntos cardinales.
Justo en la
entrada se encuentra la estatua del diablo Asmoideo, sosteniendo la pila de
agua bendita y sobre ella existe un grupo escultórico de cuatro ángeles donde
puede leerse la frase que Constantino había visto en el cielo: "Con este
signo le vencerás", que por supuesto está bajo la señal de la cruz.
Un dato
significativo es que todas las estatuas en la iglesia miran hacia el suelo. En
el lado derecho del altar la Virgen está sosteniendo un niño. En el izquierdo
San José está sosteniendo otro niño.
En la
iglesia de Rennes-le-Château algunas estaciones del Vía Crucis usan elementos e
incluso escenas que difieren de las habituales, lo cual se interpreta como
nuevas claves del misterio dejadas por Saunière. Grandes misterios y leyendas hay sobre Rennes-le-Château.
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA
GLORIAM