1 - Hugo de Payns (aprox. 1070 – 1136) fue el primer maestre y
fundador de la Orden del Temple y uno de los primeros nueve caballeros. Nació
hacia el año 1070 en el castillo de Payns, cerca de Troyes, Francia, y murió en
Palestina en 1136.
Hijo de Gautier de Montigny y nieto de Hugo I, Señor de
Payns, su infancia y su juventud se ven influidas por el ambiente de reforma
religiosa que se desarrolla en la Champaña y que dará figuras de la talla de
san Roberto de Molesmes, fundador de las abadías de Molesmes y Cîteaux, o la de
san Bernardo de Claraval, impulsor de la reforma del cister y mentor
eclesiástico de la misma Orden del Temple. De la ferviente pasión religiosa de
Hugo II de Payns es muestra su breve paso como monje por la abadía de Molesmes,
tras la muerte de su primera esposa Emelina de Touillon, con la que se había
desposado hacia el 1090. Fruto de este matrimonio nació su hija Odelina, futura
señora de Ervy.
Vasallo fiel del conde Hugo de Champaña1 , Hugo II de Payns
abandona los hábitos y a partir del año 1100 se integra plenamente como uno de
los principales miembros de la Corte champañesa, uniendo en su persona el señorío
de Montigny y el de Payns.
Es muy probable que Hugo II de Payns realizará su primer
viaje a Tierra Santa junto al conde de Champaña en 1104-1107. Tras regresar de
éste, y para ayudar a consolidar las pretensiones políticas de su señor, casó
en segundas nupcias con Isabel de Chappes (entre 1107 y 1111), perteneciente a
una de las familias más importantes del sur de la Champaña. Del matrimonio
nacieron cuatro hijos: Teobaldo, futuro Abad de Santa Colombe de Sens; Guido
Bordel de Payns, heredero del señorío; Guibuin, vizconde de Payns, y Herberto,
llamado el ermitaño. Sin embargo, en 1119, la pasión religiosa que sentía Hugo
II de Payns le llevó a tomar votos de castidad y a partir nuevamente a Tierra
Santa, donde creó, un año más tarde, la que llegaría a ser la Orden Militar más
importante de la Cristiandad: La Orden del Temple.
Se afirma[cita requerida] que los otros caballeros eran
Godofredo de Saint-Omer, Payen de Montdidier, Archambaudo de Saint Agnan,
Andrés de Montbard (tío por parte de madre de San Bernardo de Claraval),
Godofredo Bison, y otros dos de los que sólo se conoce su nombre, Rolando y
Gondamero. Se desconoce el nombre del noveno caballero, aunque hay quien piensa
que pudo ser Hugo, Conde de Champagne.
En 1127 Hugo II de Payns regresa a Europa acompañado por
Godofredo de Saint-Omer, Payen de Montdidier, y dos hermanos más, de nombre
Raúl y Juan, con el fin de reclutar nuevos miembros para la Orden, tomar
posesión de las numerosas donaciones que habían sido otorgadas a esta y para
organizar las primeras encomiendas de la Orden en Occidente (casi todas ellas
en la región de la Champaña). Así pues, Hugo inicia un periplo que le lleva por
Roma - a fin de solicitar del papa Honorio II un reconocimiento oficial de la
Orden y la convocatoria de un concilio que debatiera el asunto - la Champaña
(otoño de 1127); Anjou y Poitou (abril y mayo de 1128), Normandia, Inglaterra y
Escocia (Verano de 1128)y Flandes (otoño de 1128).
Hugo y sus compañeros regresan en enero de 1129 a la
Champaña para tomar parte en el Concilio de Troyes, un concilio de la Iglesia
católica, que se convocó en la ciudad francesa el 13 de enero de 1129, con el
principal objeto de reconocer oficialmente a la Orden del Temple. En dicho
concilio estuvieron presentes: el cardenal Mateo de Albano (representante del
Papa); el arzobispo de Reims y el de Sens; diez obispos; ocho abades
cistercienses de las abadías de Vézelay, Cîteaux, Clairvaux (que en este caso
no era otro sino San Bernardo), Pontigny, Troisfontaines y Molesmes; y algunos
laicos entre los que destacan Teobaldo II de Champaña, el conde de Campaña,
André de Baudemont, el senescal de Champaña, el conde de Nevers y un cruzado de
la campaña de 1095.
Hugo de Payns relató en este concilio los humildes comienzos
de su obra, que en ese momento sólo contaba con nueve caballeros, y puso de
manifiesto la urgente necesidad de crear una milicia capaz de proteger a los
cruzados y, sobre todo, a los peregrinos a Tierra Santa, y solicitó que el
concilio deliberara sobre la constitución que habría que dar a dicha Orden.
Se encargó a San Bernardo, abad de Claraval, y a un clérigo
llamado Jean Michel la redacción de una regla durante la sesión, que fue leída
y aprobada por los miembros del concilio.
Tras el concilio de Troyes, Hugo II de Payns nombró a Payen
de Montdidier Maestre Provincial de las encomiendas sitas en territorio francés
y en flandes, y a Hugo de Rigaud Maestre Provincial para los territorios del
Languedoc, la Provenza y los reinos cristianos hispánicos y tras ello, regresó
a Jerusalén dirigiendo la Orden que el mismo había creado durante casi veinte
años hasta su muerte en el año 1136 (el 24 de mayo según el obituario del
templo de Reims), haciendo de ella una influyente institución militar y
financiera internacional.
NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA