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domingo, 15 de mayo de 2016

ROSARIO


El Santo Rosario (rosarium «rosal») es un rezo tradicional católico, que conmemora veinte "misterios" de la vida de Jesucristo y de la Virgen María, recitando después de cada uno un Padre  nuestro , diez Aves Marías  y un gloría.

También se llama "rosario" a la santa de cuentas que se utiliza para rezar el Santo Rosario. Las cuentas están separadas cada diez por otras de distinto tamaño y la sarta está unida por sus dos extremos a una cruz.
Rosario de cuentas de madera.

Orígenes del rosario
El cristianismo se ha alimentado y ha adoptado como propios muchos elementos de otras religiones y culturas. El rosario originalmente viene de la India, de un artefacto similar usado hace miles de años para recitar mantras llamado japa mala que consta de 108 cuentas. En el Islam también se usa algo parecido -no sobra decir que tomado del hinduismo- llamado tasbih.

El rosario comenzó a utilizarse en el catolicismo alrededor del año 800. En los monasterios se suelen recitar los 150 salmos en la Liturgia de las horas , pero a los fieles que no eran sacerdotes  ni monjes  , al no poder seguir esta devoción (porque en su mayoría no sabía leer) se les enseñó una práctica más sencilla: la de recitar 150 Avemarías . Esta devoción tomó el nombre de "el salterio de la Virgen”.

Su popularidad y desarrollo se dio en el s. XIII, cuando surgió el movimiento albigense. Ante los enfrentamientos entre católicos romanos y albigenses, Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los Predicadores (más conocidos como domínicos), parece haber promovido en sus misiones el rezo de una forma primitiva del rosario. Al ser los dominicos una orden de predicadores y estar siempre en medio del pueblo, su devoción se hizo popular, generando la aparición de cofradías y grupos de devotos por doquier, junto con relatos de milagros  que acrecentaron su fama. Aunque la devoción decayó durante el siglo XIV, la orden de los Predicadores siguió fomentándola.

El beato  Alano de la Rupe fue el encargado de hacerla resurgir, tarea seguida Jacobo Sprenger , prior del convento de los dominicos en Colonia (Alemania). Para el siglo XVI ya estaba con su forma manejada hoy: Contemplación de los "misterios", Credo, Padre nuestro y Ave María como oraciones principales y las cuentas o granos como medio de llevar la oración. Sobre el Avemaría es preciso señalar que la segunda mitad de la oración fue añadida a la primera en el siglo XIV, pero su uso se hizo universal cuando el papa Pío V promulgó el Breviario Romano y mandó que se rezase al principio de cada hora del Oficio Divino, después del Padre nuestro.

Fue la batalla de Lepanto la que causó que la iglesia católica le diera una fiesta anual al rezo del rosario, ya que el papa Pío V atribuyó la victoria de los cristianos sobre los turcos a la intercesión de la Virgen María mediante el rezo del rosario. La fiesta fue instituida el 7 de octubre. Primero se la llamó "Nuestra Señora de las Victorias", pero el papa Gregorio XIII la cambió por la fiesta de "Nuestra Señora del Rosario".
Un fenómeno muy importante en torno a esta devoción fue el de los rosarios públicos o callejeros, que surgieron en Sevilla en 1690 y se extendieron muy pronto por España y sus colonias americanas. Eran cortejos precedidos por una cruz y que constaba de faroles de mano y asta para alumbrar los coros y estaban presididos por la insignia mariana denominada Simpecado. Fue la principal referencia de la devoción y en Sevilla llegó a haber en el siglo XVIII más de 150 cortejos que diariamente hacían su estación por las calles rezando y cantando las avemarías y los Misterios. Los domingos y festivos salían de madrugada o a la aurora. Al principio eran masculinos, pero ya en el primer tercio del XVIII aparecieron los primeros Rosarios de mujeres que salían los festivos por la tarde. En Fátima (Portugal), en 1917, un grupo de niños alegó haber experimentado una aparición de la Virgen María, quien les habría revelado que cada vez que se reza un Ave María es como si se le ofreciera una rosa, de tal suerte que cada rosario completo sería una corona de rosas (concepto que había sido mencionado tiempo atrás por Luis María Grignion de Montfort en su obra Secreto admirable del Santo Rosario).

El 16 de octubre de 2002, el papa Juan Pablo II promulgó la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la que aprobó que se añadieran cinco nuevos Misterios al rosario, los misterios luminosos. La introducción de estos Misterios ha sido la única reforma sustancial en este rezo después de varios siglos.
  

Corona del rosario
La corona del rosario (o camándula, como se le conoce en algunos países) está formada por 50 cuentas en grupos de 10 (conocidos como "decenas"), con un grano más grueso entre cada década. Cinco cuentas más forman un colgante que une la cruz a las décadas mediante una medalla. Estas cinco cuentas pudieran simbolizar las Llagas de Cristo y se utilizan para las oraciones adicionales rezadas antes y/o después de los misterios. Se conocen rosarios de 150 cuentas que corresponden con su origen del salterio monacal. Para fabricar las cuentas se utilizaban semillas de caoba o incluso perlas reales, pero en la actualidad se fabrican de materiales artificiales. En el pasado eran comunes los rosarios hechos con huesos de olivo, algunos de los cuales se creía que eran fabricados con los olivos del huerto de Getsemaní.
Tradicionalmente se recitaban 15 decenas, número que fue aumentado a 20 con la inclusión en el año 2002 de los "misterios" luminosos. Cada una, como ya se mencionó anteriormente, corresponde a uno de los "misterios" de la Redención.

Los Misterios del Santo Rosario
Tradicionalmente, el Rosario estaba dedicado a una de las tres series de "misterios", que debían ser recitados secuencialmente, uno por cada noche. Sin embargo, en la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae del Papa Juan Pablo II, publicada el 16 de 2002, de octubre fue introducida una nueva serie de "misterios", los luminosos.
Cada serie de misterios comprende cinco temas distintos para la meditación, cada uno de los cuales es un momento de la vida de Jesús y de la Virgen, su Madre.

Tradicionales
Modernos
La Anunciación del Ángel a María
La visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel.
El nacimiento del Hijo de Dios.
La presentación de Jesús en el Templo.
El Niño Jesús es hallado en el Templo.
Luminosos
El Bautismo de Jesús en el río Jordán.
La autor revelación en Las bodas de Caná.
El anuncio del Reino de Dios.
La Transfiguración de Jesús.
La institución de la Eucaristía.
Dolorosos
La oración de Jesús en el Huerto de los olivos.
La flagelación del Señor.
La coronación de espinas.
Jesús con la Cruz a cuestas camino al calvario.
La Crucifixión y Muerte de Jesús.
Gloriosos
La resurrección del Señor
La ascensión del Señor.
La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles.
La Asunción de Nuestra Señora a los cielos.
La coronación de la Santísima Virgen como reina de todo lo creado.
Formas de rezo
Rosario de dedo conocido como Decenario, aro metálico con diez bolos y una cruz El Santo Rosario se reza comenzando por la Señal de la Cruz completa (los fieles se persignan):

Latín
Per signum crucis. de inimicis nostris libera nos, Domine Deus Noster. In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen
Español
Por la señal de la santa cruz. De nuestros enemigos, líbranos señor Dios nuestro. En el nombre del padre, del hijo, del espíritu santo. Amén.

Aunque no es usual, en alguna tradición ascética se prepara la oración y meditación del rosario con una purificación espiritual inicial, rezando el acto de contrición y la alabanza a la Trinidad, el gloria.
Se prosigue luego con los misterios del día. Cada misterio incluye la contemplación del misterio (unos segundos de silencio después de enunciarlo, para poder meditar sobre él mientras se ora), un padre nuestro, diez avemarías y un gloria. Después del gloria se reza, habitualmente, una oración pidiendo protección a la Virgen María, por ejemplo:

Latín
María, Mater Gratiae, Mater Misericordiae, defende nos ab inimicis nostris et protege nos, nunc et in hora mortis nostrae. Amén.
Español 
"María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia: ...Defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén" (O, más actual,: "...En la vida y en la muerte, ampáranos gran Señora. Amén".

Se le atribuye a Nuestra Señora de Fátima la recomendación especial de recitar luego de cada gloria la jaculatoria:
¡Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, presérvanos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.
Al terminar el quinto misterio se reza la doxología trinitaria: tres avemarías para proclamar la triple relación de María con la Santísima Trinidad. Lo habitual es añadir, tras las dos primeras palabras de cada avemaría las expresiones:

Latín
Español
Filia Dei Patris.
Hija de Dios Padre.
Mater Dei Filii.
Madre de Dios Hijo.
Sponsa Dei Spiritus Sancti.
Esposa de Dios Espíritu Santo.

Opcionalmente, aunque se sigue por tradición y es lo más habitual, se finaliza con la recitación de las letanías lauretanas, un trisagio y la entonación final de una Salve.
El trisagio final, antes de la Salve y después de las letanías, es una oración de preces, que se hacen sucesivamente «Por las necesidades de la Iglesia y del Estado», «Por el Papa, los obispos y resto del clero», «Por los fieles difuntos», e incluye el rezo de un padrenuestro, un avemaría y un gloria, salvo el último de los gloria, que se sustituye por la expresión Requiescant in pace. Amen 'Descansen en paz. Amén'.

Las 15 promesas de la Virgen María
A quienes recen devotamente el Santo Rosario, la Virgen María promete cumplir lo que se conoce como las 15 promesas, dadas a conocer, a Santo Domingo y al beato Alano de Rupe durante una aparición mariana.
1.      El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2.      Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3.      El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
4.      El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevarán a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!
5.      El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.
6.      El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en las gracias si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.
7.      Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
8.      Quiero que todos los devotos de mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
9.      Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
10.  Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
11.  Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12.  Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13.  Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.
14.  Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15.  La devoción al Santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.

NON NOBIS DOMINE NON NOBIS SED NOMINI TUO DA GLORIAM